Con esos resultados, los colombianos propinaron un castigo inédito a los partidos tradicionales y especialmente a la derecha, que por primera vez quedó relegada de la disputa por la presidencia.
Hernández derrotó a Federico Gutiérrez (23,8), el candidato de una coalición de fuerzas afines al oficialismo, y a Sergio Fajardo (4,2%), el aspirante de centro.
Petro, de 62 años, y Hernández, de 77, se medirán en un balotaje para elegir al sucesor de Iván Duque, muy impopular por el manejo económico de la pandemia y quien enfrentó masivas protestas en 2019 y 2021 encabezadas por jóvenes que fueron duramente reprimidos por la fuerza pública.
Como lo anticipaban las encuestas, la izquierda alcanzó su mejor resultado electoral en un país gobernado históricamente por élites, con la mayor producción de cocaína del mundo y una violencia rural en aumento, pese al acuerdo de paz de 2016 que desarmó a la guerrilla de las FARC.
Hasta hace una semana los sondeos mostraban a Gutiérrez como el probable rival de Petro en el segundo turno. Pero Hernández, que no pertenece a un partido político y es difícil de ubicar en el espectro ideológico, se convirtió en la sorpresa.
“Hoy sabemos que hay una ciudadanía firme para acabar con la corrupción como sistema de gobierno”, señaló el outsider de esta campaña, que esperó los resultados en traje de baño y tomando cerveza en el patio de su mansión, según un video compartido a los medios por su campaña.
Alternativa incierta
Petro, que depuso las armas en 1990 tras la desmovilización del M-19, el grupo rebelde nacionalista en el que militó por 12 años, llegó a esta elección abanderando el cambio y la ruptura.
“Estamos representando la voluntad del cambio (…) confío que esa voluntad de cambio sea mayoritaria”, expresó el candidato tras votar en un barrio popular de Bogotá.
Según el analista Daniel García-Peña, “en estos últimos cuatro años se ha profundizado la desigualdad y los niveles de pobreza, la inconformidad y el descontento, y quien ha sabido leer e interpretar y conectarse con el electorado es Petro”.
Tal fue la sensación que se percibió entre muchos votantes. “Las personas que han dirigido el país lo tienen despedazado, entonces hay que cambiar”, dijo a la AFP Luis Hernán Álvarez, guardia de seguridad que votó por Petro en Bogotá.
Así, los colombianos elegirán a su próximo presidente entre el cambio radical que plantea Petro y la alternativa incierta de Hernández, quien engloba todo su programa en el combate frontal a la corrupción.
“Hoy perdieron las gavillas que creían que serían gobierno eternamente”, se felicitó Hernández, constructor y exalcalde de Bucaramanga, una ciudad del noreste del país de casi 600 mil habitantes.
Hernández buscará gobernar este país de unos 50 millones de habitantes con apenas dos congresistas en un cuerpo de 296 legisladores, y a la espera de que las fuerzas contrarias a Petro se unan en torno a su candidatura.