Más de 150 mil personas habían firmado una petición parlamentaria contra los códigos de vestimenta “obsoletos y sexistas” después de que a la recepcionista Nicola Thorp la enviaran de vuelta a casa por llevar zapatos planos.
Las mujeres de la empresa de Thorp, Portico, están obligadas a seguir unas pautas estrictas de maquillaje, que deben revisar a lo largo del día, y no les está permitido que se noten las raíces si llevan el pelo teñido.
Además, la compañía había fijado una paleta de colores para la pintura de uñas y exigía que las mujeres llevaran tacones de entre cinco y 10 centímetros a menos que acordaran con sus jefes lo contrario.
#NicolaThorp recolectó 150 mil firmas para solicitar la prohibición a las compañías de obligar a usar tacones. pic.twitter.com/NXNUb6i8Z8
— De Alto Rendimiento (DAR) (@dar_corp) October 5, 2016
Según dijo al comité el director gerente de Portico, Simon Pratt, nunca se le habría ocurrido que el “dress code”, que ya ha sido rectificado, pudiera ser ilegal.
La Ley de Igualdad (Equality Act) británica del 2010 prohíbe este tipo de discriminación de género, pero según constató el comité no está siendo eficaz a la hora de proteger a las trabajadoras.
Así, recomendó una revisión de la norma y potenciales enmiendas, además de una campaña de concienciación y un aumento sustancial de las penas con que puedan ser castigadas este tipo de discriminaciones.