“Los dolorosos eventos que han marcado el camino de la humanidad el año pasado, especialmente la pandemia, nos enseñan lo necesario que es interesarse por los problemas de los otros y compartir sus preocupaciones”, dijo Francisco desde la biblioteca del palacio apostólico y momentos antes del rezo del Ángelus.
Francisco, que no ha presidido las misas de fin de año y de Año Nuevo en el Vaticano por una ciática, sí ofreció unas palabras y rezó el Ángelus con los fieles que le escucharon a través de internet.
“En el umbral de este comienzo, dirijo a todos mi cordial deseo de un feliz y sereno 2021. Que sea un año de fraterna solidaridad y de paz para todos; un año cargado de confiada espera y de esperanzas”, dijo.
El papa pidió fraternidad en las sociedades para que todas las personas ayuden a los otros, les den palabras de consuelo, ternura y solidaridad si lo necesitan.
“La paz se puede construir si empezamos a estar en paz con nosotros mismos y con quien tenemos cerca, quitando los obstáculos que nos impiden cuidar de quienes se encuentran en necesidad y en la indigencia. Se trata de desarrollar una mentalidad y una cultura del cuidado, para derrotar la indiferencia, el descarte y la rivalidad, que lamentablemente prevalecen”, argumentó.
“La paz no es solo ausencia de guerra, sino vida rica de sentido, configurada y vivida en la realización personal y en el compartir fraterno con los otros. Entonces esa paz tan ansiada y puesta siempre en peligro por la violencia, el egoísmo y la maldad, se convierte en posible y realizable”, añadió.
Finalmente deseó que “reine la paz en el corazón de los hombres y en las familias; en los lugares de trabajo y de ocio; en las comunidades y en las naciones”.
Tras el rezo del Ángelus, mandó un mensaje de aliento a la población de Yemen y de Nigeria para que en esos países reine la concordia.