“A menudo las mujeres son ofendidas, golpeadas, violadas, inducidas a prostituirse…Si queremos un mundo mejor, que sea casa de paz y no patio de guerra, debemos hacer todos mucho más por la dignidad de cada mujer”, escribió el papa en su cuenta en español.
Francisco ha denunciado el machismo y la violencia machista en varias ocasiones en muchos de sus viajes.
En la primera misa de este año, en su homilía Francisco denunció la violencia, la humillación y las ofensas que sufren con frecuencia las mujeres y dijo que el trato hacia ellas mide el nivel de humanidad.
Y aseguró que “toda violencia infligida a la mujer es una profanación de Dios, nacido de una mujer”.
Aunque de manera extraoficial, los orígenes de este día se remontan a 1981, cuando militantes y activistas en favor del derecho de la mujer lanzaban sus protestas ante la violencia de género, según las Naciones Unidas.
Dos años antes (1979), las Naciones Unidas consiguieron la aprobación de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. Sin embargo, la violencia contra mujeres y niñas continuó (y continúa) siendo un grave problema a escala mundial, por lo que se precisaba una normativa concreta en este aspecto.