Convencido
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, aseguró en rueda de prensa que “en ningún momento el papa tuvo duda alguna de venir al Ecuador, a pesar de lo que se conocía. El papa estaba muy informado al respecto de la situación política que atravesaba el país” .
El vocero dijo que el pontífice estaba convencido de que tendría una buena recepción de la gente y que “las situaciones políticas de cada país lo deben atender las Conferencias Episcopales correspondientes”.
Tras recibirlo al pie de las escalinatas del avión, Correa no hizo ninguna referencia a las tensiones políticas en su país y en su lugar se refirió a lo que consideró injusticias del mundo actual.
“El orden mundial no solo es injusto, es inmoral, todo está en función del más poderoso y los doble estándares cunden por doquier, los bienes ambientales producidos países pobres deben ser gratuitos, y los bienes públicos, producidos por países hegemónicos, como el conocimiento la ciencia y la tecnología, deben privatizarse y ser pagados” , dijo el mandatario, quien en varios momentos citó discursos anteriores del papa también sobre las injusticias.
Correa no terminó sin agradecer a Dios “por todos los privilegios que me ha dado, entre ellos poder conocerlo y recibirlo en mi patria”.
40% de los católicos del mundo viven en la región.
El llamado “Papa de los pobres” pidió también poner “especial atención en nuestros hermanos más frágiles y las minorías más vulnerables. Para esto, Señor Presidente, podrá contar siempre con el compromiso y la colaboración de la Iglesia” .
Tras un recorrido de poco más de una hora desde el aeropuerto internacional Mariscal Sucre, el papa Francisco llegó a la Nunciatura Apostólica de Quito donde descansará hasta la mañana del lunes, cuando partirá a la ciudad de Guayaquil para visitar el santuario de la Divina Misericordia.
En el santuario en Guayaquil también tiene planeado oficiar una misa que se espera reúna a más de un millón de personas.
Inesperada salida
El Papa Francisco salió de manera inesperada de la Nunciatura Apostólica de Quito, donde pasará la noche, para saludar a los fieles que permanecían afuera con la esperanza de verlo.
Agradeció a la gente su presencia y los llamó a dejar “dormir al vecindario” , aunque antes de retirarse a descansar les pidió que lo acompañaran a rezar un Ave María y luego bendijo a los presentes.