“Jesús nos sigue diciendo en esta plaza: Sí, basta de descartes”, clamó el papa argentino tras criticar la “lógica que busca transformar todo en objeto de cambio, de consumo, todo negociable”.
Francisco condenó también la lógica que excluye “a todos aquellos que no producen” y no ofrecen resultados, sólo porque “no nos dan los números, no nos cierran las cuentas”.
“No es necesario que nadie se vaya. Basta de descartes, denles ustedes de comer”, agregó el papa, que inauguró el V Congreso Eucarístico Nacional y pidió una vez más: “no se olviden de rezar por mí”.
Francisco, que sorteó el miércoles la altura de La Paz durante su primer día de visita en Bolivia, elogió las políticas sociales del país, que en los últimos años ha registrado un crecimiento económico superior al de sus pares en la región.
“Bolivia está dando pasos importantes para incluir a amplios sectores en la vida económica, social y política del país”, dijo el pontífice de 78 años, a quien extirparon parte de un pulmón en su juventud, y que soportó sin mayores contratiempos la altitud de 4.000 metros de El Alto, ciudad colindante a La Paz, antes de viajar a Santa Cruz.
Emoción andina
En su homilía, pronunciada por primera vez ante miles de indígenas de varias etnias bolivianas, quechuas y aymaras, que llegaron de distintas regiones del país, Francisco habló de los olvidados y descartados del mundo, en particular de las mujeres, que “cargan sobre sus hombros (…) las injusticias que no parecen detenerse”, lamentó.
“Cargan sobre sí, el gozo y el dolor de una tierra. Ustedes llevan sobre sí la memoria de un pueblo”, reconoció al mencionar a las poblaciones con una historia antigua. Algunas peticiones fueron leídas en lenguas nativas como el quechua.
Las palabras de Francisco emocionan a los fieles, con una mayoría de mujeres que no pudieron contener las lágrimas con las palabras del pontífice. Banderas del Vaticano y de Bolivia ondeaban en la plaza. Familias enteras, madres amamantando a sus bebés y cientos de niños hacían filas para conseguir algún recuerdo de la visita.
“A su llegada a Santa Cruz, el papa fue recibido por un millón de personas, así que esperamos que ellas participen de la misa” , dijo a la AFP el padre Hugo Ara, miembro de la comisión de comunicación para la visita del pontífice.
El obispo de Roma arribó la noche del miércoles a Santa Cruz, procedente de La Paz, y a bordo del papamóvil recorrió el Cambódromo -un parque utilizado para celebraciones de carnaval- donde los fieles lo aguardaron. “Fueron cuatro kilómetros repletos de personas” , agregó el padre Ara.
El papa Francisco y varios obispos utilizaron el local de una cadena de comida rápida, cercano a la plaza del Cristo Redentor, como sacristía, para cambiarse antes de celebrar la misa, informó el gerente de la firma en el país.
Francisco pernocta hasta el viernes en la casa del cardenal Julio Terrazas, arzobispo emérito de Santa Cruz, debido a que no existe una representación pontificia en esta ciudad.
Movimientos sociales
Continuando con su baño de multitudes, el papa prevé reunirse con 4.000 sacerdotes, religiosos y seminaristas en el coliseo Don Bosco, para cerrar la jornada en el encuentro mundial de los movimientos populares, donde recibirá un documento con las inquietudes del foro patrocinado por entidades del Vaticano.
De éste participan movimientos de base de todo el mundo, entre ellos delegados de trabajadores precarios e informales, movimientos de campesinos sin tierra, indígenas, emigrantes y movimientos antiglobalización.
La reunión podría servir a Francisco para medir la llegada que ha tenido su encíclica “Laudato Si”, que entre otros versaba sobre la defensa de la Tierra y de los pobres.
El viernes, durante su último día de visita e Bolivia antes de partir a Paraguay, Francisco visitará la peligrosa y hacinada cárcel de Palmasola, donde además viven un centenar de niños con sus padres presos.