Las últimas imágenes captadas por los satélites de la Nasa hacen preguntarse a los científicos sobre las similitudes entre el fenómeno actual de El Niño y un episodio similar, que en 1997 y 1998 causó severas alteraciones en el clima, desde inundaciones hasta sequías.
“Las imágenes son casi idénticas, muestran un nivel del mar casi idéntico e inusual a lo largo del Pacífico central y oriental. Esta es la muestra de un grande y poderoso El Niño” , destaca la Nasa en el informe difundido el martes recién pasado.
Como consecuencia, El Niño ha adelgazado este año la capa de agua caliente que normalmente rodea a Australia e Indonesia, mientras que en la zona oriental del Pacífico tropical las aguas de la superficie, normalmente frías, se han cubierto con una gruesa capa de agua caliente.
El resultado de estas alteraciones ha sido una disminución de las precipitaciones en el sudeste asiático, así como la reducción de las lluvias en Indonesia y el consecuente crecimiento, ante la falta de agua, de los incendios en la región, según apunta la agencia espacial.
La Nasa también responsabiliza a El Niño de las sequías en el sur de frica, de las inundaciones en América del Sur, de las olas de calor en la India causadas por el retraso de las lluvias del monzón y del temporal de huracanes sin precedentes que ha azotado a la zona oriental del Pacífico tropical.
En Estados Unidos, los mayores impactos de El Niño se esperan para principios del 2016, advierte la Nasa.
Los meteorólogos de la Administración de Océanos y Atmósfera de EE.UU. (NOAA, por su sigla en inglés) creen que el fenómeno provocará meses frescos y húmedos en el sur del país y condiciones relativamente cálidas y secas en el norte, lo que supone una transposición de los patrones meteorológicos del país.
Aunque se muestra prudente, la Nasa aventura que un invierno lluvioso podría “aliviar” al estado de California, golpeado fuertemente por una intensa sequía que ha provocado la pérdida de cientos de cultivos.