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El Chapo Guzmán, culpable de todos los cargos, enfrenta cadena perpetua

El jurado del proceso en Nueva York contra el mexicano Joaquín "el Chapo" Guzmán, procesado por narcotráfico, lo declaró este martes culpable de los diez cargos contra él como responsable del cartel de Sinaloa, por lo que podría ser condenado a cadena perpetua.

Dibujo realizado por la artista Jane Rosenberg donde aparece el mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán durante el juicio en su contra en Nueva York. (Foto Prensa Libre: EFE)

Dibujo realizado por la artista Jane Rosenberg donde aparece el mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán durante el juicio en su contra en Nueva York. (Foto Prensa Libre: EFE)

El jurado número 11 y portavoz del tribunal popular entregó un papel con su decisión a Brian Cogan, juez de la corte federal de Brooklyn, Nueva York), que fue leída tras advertir a los asistentes en la sala de que no podían expresar reacción alguna a la lectura del veredicto.

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El juez transmitió que la decisión del jurado fue de condenar por los diez cargos al “Chapo”, y sólo no llegó a la unanimidad para esa decisión en dos violaciones de uno de los cargos, concretamente centradas en distribución de cocaína en 2007 y otra de marihuana en 2012.

Cogan tiene ahora la misión de establecer la condena del que ha sido el caso más mediático e importante de narcotráfico en Estados Unidos, para lo que ha convocado al tribunal para el próximo 25 de junio.

Guzmán Loera, de 61 años y vestido hoy de azul y corbata oscura, ha enfrentado durante tres meses un juicio en la corte federal para el distrito este de Nueva York, en Brooklyn, por diez cargos relacionados con el narcotráfico, el principal el de mantener una empresa criminal continua, por los que podría ser condenado a cadena perpetua.

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El juicio se ha realizado bajo estrictas medidas de seguridad, entre ellas, la de ser el único proceso judicial que se celebraba en el octavo piso del tribunal, además de un contingente de agentes de seguridad y miembros de la unidad canina dentro y fuera de la corte.

La fiscalía calcula que el Chapo, célebre por sus dos espectaculares fugas de prisiones mexicanas, facturó US$14 mil millones entre 1989 y 2014, pero no ha logrado hallarle ni un centavo.

El jurado escuchó antes de su veredicto a 56 testimonios, de los cuales 14 fueron cooperantes del Gobierno estadounidense, entre ellos Juan Carlos Ramírez Abadía, sin duda el más impactante, tanto por su rostro desfigurado por cirugías plásticas para evitar ser reconocido por las autoridades, como por la frialdad con que habló de los asesinatos.

Los testigos, encarcelados en EE.UU. y que esperan una reducción de sentencia por su cooperación, eran socios del “Chapo”, como el colombiano alias “Chupeta”, o empleados muy cercanos como Dámaso Alonso, Jesús “el Rey” Zambada y su sobrino Vicentillo Zambada, cuyos declaraciones ya revisó el jurado durante los primeros cuatro días de deliberaciones.

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Durante los años al frente del cartel Norte del Valle, “Chupeta” exportó unas 400 mil toneladas de droga a EE.UU, la mayoría con el cartel mexicano, para lo que se sirvieron de diversos medios de transporte como túneles, lanchas rápidas, embarcaciones de pesca y hasta latas de jalapeños.

Al jurado de este caso también le han rodeado estrictas medidas de seguridad, que incluyen la prohibición de divulgar sus nombres, dónde viven o trabajan, y ser escoltados diariamente desde su casa a la corte por alguaciles federales.

El proceso contra el jefe del cartel mexicano de Sinaola arrancó el pasado noviembre y concluyó el 1 de febrero, después de que la Fiscalía y la defensa del “Chapo” hicieran sus alegatos finales.

Mejor que una narconovela

El juicio del Chapo en la corte federal de Brooklyn fue un fascinante viaje a uno de los mayores y más despiadados carteles de la droga y a la vida cotidiana del capo en la clandestinidad de las sierras de Sinaloa, su estado natal, un drama con un casting impresionante: sus propios protagonistas.

La fiscalía convocó al proceso a 56 testigos, desde exsocios del Chapo a agentes del FBI, la DEA y otras agencias del gobierno, así como a funcionarios de varios países latinoamericanos.

El jurado escuchó conversaciones del Chapo con sus socios grabadas por soplones a escondidas y otras interceptadas por el gobierno, y leyó decenas de sus mensajes de texto encriptados, así como cartas que le envió a su mano derecha desde la cárcel. También vio ladrillos de cocaína, granadas, lanzagranadas y rifles de asalto incautados o destinados al capo.

Pero sobre todo, escuchó innumerables relatos de la vida y obra del Chapo contados por 14 de sus exsocios: secretarios, pilotos, un sicario, un gerente, un contable, sus mayores proveedores de cocaína en Colombia, su mayor traficante en Estados Unidos, su jefe de comunicaciones y hasta una examante que se escapó con él desnudo por un túnel.

Estos testigos relataron cómo el capo compraba toneladas de cocaína en Colombia a US$3 mil el kilo, y las transportaba hasta México en submarinos semisumergibles, aviones, barcos pesqueros o contenedores comerciales, a veces con escalas en Ecuador, Guatemala, Belice, República Dominicana u Honduras.

Y cómo la droga llegaba finalmente a Estados Unidos por túneles, escondida en latas de jalapeños en trenes, en camiones de gasolina o en compartimentos secretos en automóviles, y era revendida aquí en hasta por US$35 mil el kilo.

Todo gracias a la complicidad de corruptos funcionarios de México que recibieron millones en sobornos, y si se cree al testigo cooperante Alex Cifuentes, un exnarco colombiano, eso incluye al expresidente de México, Enrique Peña Nieto.

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