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La grabación dura tres minutos, que en realidad está grabado en tres horas, y se ve cómo colocan una langosta frente a una mantis religiosa y, en cuestión de segundos, el primero se convierte en comida para el segundo.
Como si fuera un ring de boxeo, ambos insectos están cara a cara, una intentando escapar y la otra atacando sin piedad, y el resultado no es otro que la victoria aplastante de la mantis que se come entera a la langosta despedazándola y esparciéndola por el suelo.
20minutos.es resalta que, aunque en este caso, la mantis consigue fácilmente su comida, suelen ser cazadoras sigilosas que se acercan con movimientos lentos o esperan inmóviles o camufladas a que su presa se acerque para atacarlas.