Al ser el criminal más buscado del mundo, “El Chapo” decidió armarse fuertemente con el fin de atacar a las autoridades mexicanas y estadounidenses para evitar su captura.
“El Chapo”, por medio de varios intermediarios, intentó adquirir un armamento de alto calibre luego de que el presidente Felipe Calderón le declarara la “guerra a las drogas” durante su gestión.
Con el fin de “armarse como militar”, Joaquín Guzmán Loera intentó adquirir ilegalmente en Estados Unidos misiles antiaéreos, los cuales eran capaces de derribar aviones, y cohetes antitanques.
Además, el peligroso narcotraficante mexicano también quiso adquirir “un lanzacohetes Bazooka, 40 granadas de 5 milímetros, ametralladoras calibre .30, siete cajas de granadas de mano, un antitanque Dragon Fire, un lanzacohetes antitanque sueco llamado AT4 y un lanzacohetes antitanque LAW de 66 milímetros”, según reveló el medio Milenio.
“El Chapo” ofreció aproximadamente US$150 mil y más de dos kilos de metanfetamina como pago por este arsenal de armas pesadas.
Sin embargo, la entrega de estas peligrosas armas nunca se concretó gracias a la intervención de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).
Debido al trabajo de dos agentes infiltrados, los tres intermediarios de Joaquín “El Chapo” Guzmán fueron arrestados por las autoridades estadounidenses y recibieron sentencias de más de 10 años en prisión.
La intervención de la DEA en esta operación evitó que “El Chapo” adquiriera un peligroso arsenal que planeaba utilizar contra el gobierno de México y EE.UU. en su lucha para no ser detenido y continuar en la cima del mundo del narcotráfico.