“El Chapo” era un gran aficionado al fútbol, por lo que a lo largo de los años, y a raíz de su millonaria fortuna, intentó comprar varios equipos mundialmente reconocidos.
Con estos equipos de fútbol, Joaquín Guzmán Loera pretendía lavar los millones de dólares que le dejaba el narcotráfico e involucrarse de lleno en una de sus grandes pasiones.
El primer equipo que el capo del narcotráfico intentó comprar fue uno de los mejores y más exitosos en la historia reciente del balompié inglés: el Chelsea FC.
Después de su última captura en 2016, trascendió que “El Chapo” Guzmán pretendía desembolsar US$868 millones para adquirir el club en ese entonces propiedad del ruso Roman Abramóvich.
Además, durante esta etapa Joaquín Guzmán también intentó comprar otro equipo con una larga historia dentro del fútbol mexicano: el Club Puebla.
Pese a sus ofertas millonarias, estas compras nunca lograron concretarse; no obstante, “El Chapo” sí logró hacerse con algunos equipos de fútbol de las diversas categorías existentes en el deporte de México.
Esta información salió a la luz durante su juicio en Nueva York, cuando Tirso Martínez, uno de sus colaboradores de confianza, reconoció que Joaquín Guzmán Loera y el Cártel de Sinaloa, desde 1995, fueron dueños de las franquicias de La Piedad, Irapuato, Celaya y Gallos Blancos de Querétaro.
Sin embargo, su relación con el fútbol terminó cuando la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) desafilió a estos clubes y obligó a sus “dueños legales” a venderlos por US$10 millones.