Según el Gobierno de Joe Biden, “el Changuito” es un “poderoso y violento líder” del Cártel de Sinaloa en la ciudad de Manzanillo, en el estado de Colima, cuyo puerto sirve de puerta de entrada de drogas, como la cocaína de Colombia, y de los precursores químicos de Asia que se usan para fabricar fentanilo, que luego acaba en Estados Unidos.
“El Changuito”, uno de los fundadores de Los Ántrax, brazo armado del Cártel de Sinaloa, fue arrestado por las autoridades mexicanas en 2014, pero en 2017 escapó de una prisión de Culiacán, capital de Sinaloa, y sigue prófugo hasta la fecha.
Los hermanos Arzate, de acuerdo con el Tesoro estadounidense, manejan las operaciones de narcotráfico en el área de Tijuana, en el estado mexicano de Baja California, donde “están involucrados en el tráfico de granes cantidades de drogas, como el fentanilo”.
Estados Unidos los acusa de ser “extremadamente violentos” y de haber perpetrado “secuestros y ejecuciones para el Cártel de Sinaloa”. Ambos están acusados en un tribunal federal de California.
Las sanciones, que bloquean sus activos en Estados Unidos y prohíben hacer transacciones comerciales con ellos, fueron impuestas en coordinación con la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) del Gobierno de México, informó el Tesoro.
El fentanilo es un potente opioide sintético cincuenta veces más fuerte que la morfina y causante de la peor crisis de drogas en la historia de Estados Unidos, donde el año pasado murieron más de 70 mil personas por sobredosis de esta sustancia.
Según EE. UU., los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación producen el fentanilo en laboratorios clandestinos mediante productos químicos y cosméticos que adquieren legalmente de China y luego lo trafican y distribuyen en territorio estadounidense.