Ese número supone una media de 20 muertes por día, lo que indica que la cifra total de fallecimientos de refugiados e inmigrantes indocumentados puede aumentar aún entre 200 y 300 en lo que queda de año, afirmó la OIM en un comunicado.
“Es posible que muchas muertes pasen desapercibidas y no sean registradas por los gobiernos o por los agentes humanitarios”, señala la organización.
El conjunto de las víctimas contabilizadas por la OIM en el 2015 ascendió a cinco mil 740 y en el 2014 a cinco mil 267, cifras muy inferiores a los casi siete mil 200 fallecidos registrados hasta hoy.
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— ONU México (@ONUMX) December 18, 2016
Según datos de la organización, todas las rutas habituales de migración -el Mediterráneo, el norte y el sur de África, África central y la frontera entre México y Estados Unidos- han registrado más fallecimientos que en el 2015.
De la misma forma que en los dos últimos años, las rutas que unen el norte de África, Oriente Medio y Europa contabilizaron el 60% de los decesos de refugiados e inmigrantes ilegales en todo el mundo.
Así, las rutas del Mediterráneo fueron las más mortíferas, dado que perdieron sus vidas cuatro mil 812 personas al tratar de cruzar el mar.
Además, al menos 700 eritreos, etíopes, yibutíes y somalís fallecieron por varias causas, incluidos accidentes de los vehículos que los transportaban, en Sudán, Egipto y Libia, o por ataques violentos o falta de medicinas, comida, refugio o agua durante el viaje.
La OIM también denuncia que centenares de inmigrantes indocumentados y refugiados perdieron la vida en el continente americano, especialmente en la frontera entre México y Estados Unidos, donde se encontraron 176 cuerpos sin vida en todo el año.
Por otro lado, en América Latina se registraron 90 fallecimientos más que en el 2015.
La selva del Darién entre Colombia y Panamá, ruta seguida también para dirigirse a Centroamérica e intentar entrar en el país estadounidense, se cobró al menos 30 vidas, la mayoría cubanos.
Además, la OIM apunta a la muerte de seis personas que se ahogaron en Chiapas, México mientras se dirigían a la costa de Estados Unidos.