No queda nada
En Bustan al Qasr, un barrio totalmente arrasado cerca del casco antiguo, pequeñas apisonadoras retiraban los escombros de las calles, según un corresponsal de la AFP .
Algunos civiles, bien envueltos en sus abrigos, empujaban carretillas cargadas con sus escasas pertenencias en el frío invernal, rumbo a sus casas, que no han pisado en años.
“He venido para regresar a mi casa, que no he visto en cinco años, desde que tuve que mudarme al barrio de Saladino” , contaba Khaled al Masri. “Espero que mi piso no esté demasiado dañado” .
Otra habitante, Um Abdo, estaba desolada al descubrir su vivienda en ruinas en el barrio de Al Myasar. “No queda nada en mi casa” , lamentaba esta mujer de 42 años.
Cerca de ahí, un soldado sirio subía a un poste eléctrico para colgar la bandera tricolor del régimen.
La guerra ha transformado el expulmón económico de Siria en un símbolo mundialmente conocido de la masacre.
Después de que los últimos convoyes de rebeldes y civiles abandonaran la ciudad el jueves, se vivieron escenas de alborozo en los barrios occidentales donde miles de personas llenaron las calles, al son de las bocinas de los coches.
Situación dolorosa
Las evacuaciones, lanzadas el 15 de diciembre tras un acuerdo entre Turquía -principal apoyo de los rebeldes- y Rusia e Irán -aliados de Damasco- han permitido la salida de 35 mil personas del último reducto rebelde de Alepo, según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) , que supervisó las operaciones.
“Las familias han luchado durante meses para permanecer a salvo, encontrar comida, cuidados médicos o refugios apropiados” , indicó en un comunicado la representante del CICR en Siria, Marianne Gasser.
“Al parecer ansiaban irse aunque la situación fuera muy dolorosa y confusa” , añadió en el comunicado, que habla de barrios “devastados por la violencia” .
Además de los bombardeos, la población de Alepo Este, estimada en 250 mil personas antes de la ofensiva del régimen, sufrió desde el 17 de julio un asedio que provocó una penuria de comida, medicamentos y carburantes.
En paralelo a las evacuaciones de Alepo, mil 200 personas fueron evacuadas de los dos pueblos chiitas prorrégimen de Fua y Kafraya, sitiados por los rebeldes en la provincia de Idlib (noroeste) , según el CICR.