El Ministerio de Exteriores marroquí consideró en un comunicado que la libertad de expresión no justifica “de ningún modo la provocación insultante y la ofensa injuriosa de la religión musulmana (que profesan) más de dos mil millones de fieles”.
El pasado miércoles, el presidente francés Emmanuel Macron dijo que Francia “no renunciará a las caricaturas”, después de que un profesor fuera asesinado y decapitado por haber mostrado a sus alumnos las que el semanario Charlie Hebdo publicó en septiembre durante una clase en un instituto.
Al mismo tiempo, el Gobierno marroquí condenó “las violencias oscurantistas y bárbaras que se perpetran en nombre del islam”.
La reacción de Marruecos sucede a la de varios países musulmanes como Kuwait, Turquía y Jordania o la Organización de Cooperación Islámica que condenaron tanto las caricaturas de Mahoma como las declaraciones de los responsables franceses como susceptibles de perjudicar las relaciones con el mundo musulmán.
Las palabras del presidente francés del pasado miércoles han desatado oleadas de indignación en varios países musulmanes, donde se han lanzado llamadas al boicot de los productos franceses.
En las redes sociales se volvieron virales hashtags en defensa de Mahoma y vídeos que muestran la retirada de productos de conocidas marcas francesas de alimentación o cosmética de las estanterías de supermercados.
La reproducción de imágenes, las estatuas y las pinturas es un hecho prohibido por el islam en la era contemporánea, por considerar que impulsa la idolatría; además de que no se admite la reproducción de las imágenes del profeta Mahoma de ninguna manera y en ningún ámbito.