La ceniza acumulada alcanza casi el techo de algunas casas en el poblado de Kebon, con un aspecto de paisaje lunar y donde efectivos de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB) buscan hoy posibles supervivientes atrapados en los edificios parcialmente derruidos, según muestra un vídeo compartido por las autoridades.
Las labores de búsqueda y rescate se efectúan en once poblaciones asentadas en la ladera del monte Semeru, con 3.676 metros de altura el más alto del país, aunque se han visto dificultadas por la fuerte lluvia que ha embarrado algunas zonas y la baja calidad del aire.
Además, un puente clave que conectaba dos de los principales pueblos de la región ha quedado destruido.
Conforme al último recuento provisional de víctimas, 13 personas han perdido la vida y 98 resultaron heridas con quemaduras de diversa consideración, entre ellas dos embarazadas, y son tratadas en hospitales de la provincia.
Las autoridades han evitado, como suelen hacer en algunas ocasiones cuando suceden desastres naturales, precisar una cifra de desaparecidos, aunque esta mañana indicaron que fueron evacuados con vida una decena de mineros que habían quedado atrapados a raíz de la erupción.
UN TSUNAMI DE CENIZA
La enorme erupción del volcán ocurrió a plena luz del día del sábado alrededor de las 15.30 hora local (8.30 GMT) y provocó un enorme tsunami de ceniza que eclipsó el sol y sumió en una profunda oscuridad momentáneamente las poblaciones anexas al monte.
En un vídeo publicado en las redes sociales por testigos de la explosión se aprecia como una serie de vecinos de la población de Lumajang huyen a toda prisa mientras a sus espadas avanza la gigantesca nube de humo y ceniza procedente del Semeru.
El BNPB ha establecido un radio de exclusión de 5 kilómetros alrededor del cráter e indicó que más de 900 residentes han sido trasladados hasta centros de evacuación.
Las autoridades además apuntaron que todavía tratan de estimar el alcance de los daños materiales.
El servicio de vulcanología de Indonesia mantiene en el nivel 2 (sobre un máximo de 4) el riesgo en la zona y emitió una alerta de vuelo para los aviones que circulen por la región.
Según los expertos la ceniza expulsada podría alcanzar los 15.000 metros de altura, por encima de la altitud, cruce de la mayoría de aeronaves y que solidificada podría causar daños en los motores.
El archipiélago indonesio se asienta dentro del denominado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica con 127 volcanes activos y que es sacudida por miles de temblores al año, la mayoría de escasa magnitud.
La última erupción significativa del Semeru, uno de los volcanes más activos del país, se produjo en enero de este año sin que se registraran víctimas, mientras que otra en diciembre de 2020 obligó a evacuar a miles de personas.
Este domingo, además, un terremoto de magnitud 6 y a una profundidad de 174 kilómetros sacudió las aguas al norte de las islas Molucas, a más de 2.000 kilómetros al noreste del Semeru, sin causar daños.