Según Steiner, que habla por primera vez sobre sus conversaciones secretas con el Gobierno norteamericano, “ellos realmente estudiaron todas las posibilidades” .
Agrega también que tanto Schröder como él mismo estaban preocupados tras los ataques terroristas del 11-S de que el Gobierno estadounidense “reaccionara de forma desmedida a consecuencia del shock”, sobre todo teniendo en cuenta que toda la administración “prácticamente se había atrincherado”.
Explica también que se pronunció en contra de la postura de Schröder de conceder la “solidaridad sin restricciones” a Estados Unidos, pues “un Estado no debe firmar cheques en blanco” .
Incluso viajo expresamente a Hannover para expresarle sus dudas al respecto al canciller, pero éste no cambió de opinión, agrega.