Cientos de personas han muerto o han sido heridas en los combates en el corazón de esta ciudad portuaria y la ONG Médicos Sin Fronteras dijo temer que muchas más no hayan logrado llegar a los hospitales.
Irán, la principal potencia chiita (al igual que los hutíes), se ha opuesto frontalmente a la intervención liderada por Arabia Saudí, llevando sus esfuerzos a la negociación de un acuerdo con una visita del ministro de Exteriores, Mohamed Javad Zarif, a Pakistán, aliado de Riad.
Islamabad ha evitado hasta ahora responder a la llamada de Riad para unirse a la coalición de nueve países árabes (la mayoría, sunitas) que intervienen en Yemen, por miedo a ahondar las profundas divisiones sectarias dentro de su propio país y en el mundo árabe.
El subsecretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo que Washington está entregando armamento y apoyando en materia de inteligencia a la coalición.
“Arabia Saudí está lanzando un fuerte mensaje a los hutíes y a sus aliados, diciéndoles que no pueden hacerse con Yemen por la fuerza”, dijo Blinken a los reporteros en Riad el martes por la noche.
“En apoyo a esos esfuerzos, hemos expedido suministros de armamento”, dijo tras entrevistarse con el ministro de Defensa, Mohamed bin Salman, y otros responsables saudíes.
Un responsable de Defensa norteamericano dijo a la AFP que Washington estaba enviando principalmente municiones de alta precisión.
– Miedo al avance de Al Qaida –
La coalición inició la campaña aérea el 26 de marzo, después de que los rebeldes y sus aliados cercaran al presidente yemení en su último refugio en Adén, obligándolo a huir a Arabia Saudí.
Riad acusa a Teherán de respaldar a los rebeldes y ha apostado por bombardearlos para impedir la instauración de un estado favorable a Irán en su puerta.
Los rebeldes, sin embargo, tienen poderosos aliados en las fuerzas de seguridad fieles al expresidente Ali Abdulá Saleh, depuesto en el 2012 tras un año de revuelta sangrienta inspirada al principio en las primaveras árabes.
La base aérea de Al Anad, bombardeada por los aviones saudíes, era uno de los puestos de control clave desde los que Washington dirigía su guerra contra Al Qaeda, antes de sacar a sus tropas el mes pasado ante la intensificación de los combates.
La semana pasada, la red extremista se hizo con el control de Mukala, capital de provincia en el sudeste yemení, y este martes atacaron uno de los últimos bastiones leales al gobierno en la ciudad.
El secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter, reconoció el miércoles que el conflicto en Yemen está complicando a Washington sus esfuerzos en la lucha antiterrorista, si bien Al Qaida en la Península Arábiga (AQPA) representa “desde hace tiempo una seria amenaza” y “seguiremos combatiéndola”, afirmó.
Mientras, Pakistán sigue sin decidir si participará o no en la coalición liderada por Arabia Saudí. Ante la inminente visita del ministro de Exteriores iraní al país, el primer ministro Nawaz Sharif aseguró que Pakistán “no tenía prisa” por decidir y que había en marcha negociaciones entre Irán y Turquía.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha expresado su apoyo a la coalición sin aportar fuerza militar. Este martes se reunió con el presidente iraní Hasan Rohani, tras lo cual este último aseguró que ambos consideraban que había que detener el baño de sangre en Yemen y establecer un alto el fuego.”