Biden firmó este martes un decreto para “traer a casa” a los estadounidenses secuestrados o detenidos arbitrariamente en el extranjero, que implica mejorar el apoyo a sus familias y abre el camino para imponer sanciones financieras a aquellos que estén implicados.
Además de a Venezuela, gobernada por el mandatario Nicolás Maduro, Washington ha comenzado a aplicar un nuevo indicador, llamado “D“, a otros cinco países: Rusia, China, Irán, Corea del Norte y Birmania.
“Cuando los estadounidenses son detenidos en el extranjero, debemos hacer cuanto esté a nuestro alcance para asegurar su liberación“, afirmó el secretario de Estado Antony Blinken en un comunicado.
El indicador “D” se une al “K“, que ya cubre el riesgo de secuestro y toma de rehenes por parte de actores no estatales. Además el Departamento de Estado emite regularmente avisos de viaje sobre destinos que conllevan peligro por consideraciones de seguridad, sanitarias o de otro tipo.
Hay 11 estadounidenses detenidos en Venezuela, que acusa a Estados Unidos de querer derrocar a Maduro y atentar contra instalaciones básicas.
Venezuela detuvo en 2021 al cubano-estadounidense Jorge Alberto Fernández, pero lo liberó en marzo de 2022 después de una reunión entre funcionarios estadounidenses y venezolanos en Caracas.
Luke Alexander Denman y Airan Berry, dos estadounidenses acusados de participar en una invasión marítima a Venezuela, fueron condenados a 20 años de prisión en 2020. Y un exmarine, Matthew Heath, fue procesado por “terrorismo“.
Además hay cinco exdirectivos de la petrolera Citgo, acusados de corrupción. Un sexto fue liberado en marzo. Y hace unos días el Departamento de Estado ha confirmado que Venezuela detuvo a otros tres estadounidenses, sin revelar sus identidades.
El expresidente estadounidense Donald Trump lideró una campaña de presión en 2019 en un intento fallido por sacar del poder a Maduro, a raíz de denuncias de fraude en los comicios en los que fue reelegido en 2018.
Biden tampoco reconoce a Maduro y considera presidente interino al líder opositor Juan Guaidó.
La firma del decreto presidencial llega después de la cobertura mediática de la detención en Rusia de la jugadora de baloncesto Brittney Griner, acusada de tráfico de droga. Su esposa acusó a Biden de no hacer lo suficiente por ella. La familia del exmarine preso en Venezuela se quejó de lo mismo.
La orden ejecutiva autoriza imponer sanciones financieras o prohibiciones de viaje a funcionarios extranjeros o actores no estatales involucrados en detenciones arbitrarias de estadounidenses. Venezuela ya se halla bajo sanciones, algunas de las cuales Biden se comprometió a aligerar si el gobierno negocia con la oposición.