David Geffen, magnate de la música y cofundador del estudio de cine DreamWorks junto a Steven Spielberg, es mencionado en los Panama Papers, pero ningún pez gordo estadounidense -político, gran empresario o banquero- ha sido vinculado al escándalo.
“Hay muchos estadounidenses, pero se trata de simples particulares”, declaró Marina Walker Guevara, directora adjunta del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés), que coordinó la investigación periodística de esta masiva fuga de documentos.
¿Quiere decir entonces que Estados Unidos es un modelo de transparencia financiera? Lejos de ello. “Eso no quiere decir que el país esté al margen del sistema offshore. Es incluso un actor importante”, responde Walker Guevara.
Su ausencia de los Panama Papers no es, pues, una prueba de respetabilidad y en principio podría explicarse por una cierta reticencia a recurrir a un país hispanófono, cuando están al alcance de la mano opciones mucho más cómodas.
- En INFOGRAFÍA: Conexiones política sen los Panama Papers
“Los norteamericanos tienen tantos paraísos fiscales a los que recurrir”, resume Nicholas Shaxson, autor de la obra de referencia Los paraísos fiscales. Investigación sobre los estragos de las finanzas neoliberales.
Las islas Caimán y Vírgenes, vecinas y anglófonas, vienen inmediatamente a la mente, aunque los estadounidenses que quieren mantener en secreto sus actividades no están ni siquiera obligados a abandonar el país.
Estados como Delaware o Wyoming ofrecen, por unos centenares de dólares, la posibilidad de crear sociedades de fachada sin tener que identificar al propietario real.
Más grave aún, los bancos estadounidenses deben por cierto “conocer a sus clientes”, pero pueden pasar por alto esa obligación y abrir una cuenta a nombre de esas empresas offshore, garantizando así a sus verdaderos propietarios una discreción total.
El departamento del Tesoro estadounidense se comprometió a corregir esas fallas, que fueron utilizadas por traficantes de armas y drogas y que le valen a Estados Unidos el tercer puesto de la lista de territorios más opacos, lejos delante de Panamá, según la oenegé Tax Justice Network.
“Estamos dándole los últimos retoques a una norma”, dijo un portavoz de la división del Tesoro encargada de la lucha contra los delitos financieros (la Fincen) .
Sanciones
Otra razón, más virtuosa, podría explicar el escaso número de estadounidenses en los Panama Papers.
Preocupado por los sonoros escándalos que involucraron a grandes bancos suizos, Estados Unidos ha aumentado considerablemente estos últimos años su arsenal de lucha contra el fraude y la evasión fiscales y no duda en imponer pesadas sanciones a los infractores.
Resultado, según Shaxson: “A algunos paraísos fiscales les aterroriza la idea de tener clientes estadounidenses porque saben que Estados Unidos tiene la capacidad de hacerles daño”.
Estados Unidos se enfocó particularmente en los bancos suizos, que ahora aceptan a los clientes norteamericanos a regañadientes por temor a incurrir en incumplimientos y exponerse a graves sanciones.
Precisamente por haber ayudado a clientes estadounidenses a eludir al fisco, UBS y Credit Suisse fueron multados con US4780 millones y US$2 mil 600 millones respectivamente.
A pesar de estas explicaciones, el escaso número de estadounidenses involucrados alimentó la tesis de que los Panama Papers habrían sido orquestados por la CIA para desestabilizar a algunos países, sobre todo a Rusia.
“Las autoridades rusas ven a la CIA detrás de cualquiera que las critique”, declara Walker Guevara, quien no excluye que los 11.5 millones de documentos de los Panama Papers terminen por exponer revelaciones escandalosas sobre ciudadanos estadounidenses.
“Es una masa inmensa de documentos y puede haber alguna cosa oculta que aún no hemos descubierto”, afirma.