El gobernador Andrew Cuomo dijo que Richard Matt y David Sweat realizaron “una operación verdaderamente difícil, compleja” que finalizó en una boca de tormenta a varias cuadras de la prisión, y que alguien necesariamente tuvo que haber oído.
“Los escucharon, tuvieron que escucharlos”, dijo Cuomo a la televisora ABC el domingo.
Los hombres colocaron ropa bajo sus cobijas en la Institución Penitenciaria Clinton para aparentar que dormían. Dejaron una nota en papel amarillo, una carita sonriente y la leyenda “tengan un bonito día”.
Sweat, de 34 años, purga una condena a perpetua sin posibilidad de salir en libertad condicional por el asesinato con agravantes de un agente de policía del condado de Broome, Nueva York, el 4 de julio de 2002. Matt, de 48, cumple de 25 años a perpetua por secuestrar, asesinar y descuartizar a su ex jefe en 1997.
Se instalaron retenes en toda la zona, a unos 32 kilómetros (20 millas) de la frontera con Canadá, y se rastreaba a los prófugos con sabuesos y helicópteros.
Cuomo dijo que los dos eran sumamente peligrosos y pidió al público que avisara a la policía si los veían.
Las autoridades dijeron que era la primera fuga que se registraba en el sector de máxima seguridad de la cárcel, construida en 1985.