Murillo pidió a la población “mantener la serenidad” y aseguró que no se ha confirmado que exista un vínculo entre el zika y los miles de casos de malformaciones congénitas reportadas en países como Brasil, el más afectado por el virus.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó la víspera una “emergencia internacional”, por considerar que hay una relación “fuertemente sospechosa” entre el virus y la multiplicación de casos de microcefalia en recién nacidos.
Murillo indicó que han seguido con detenimiento las orientaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre la emergencia internacional decretada por la epidemia y también se han mantenido informados sobre las disertaciones de científicos y médicos, que han hablado sobre la relación del zika con la microcefalia, para comunicar a la población con responsabilidad.
“No todos los bebés de las mujeres que contraen el zika en estado de embarazo nacen con microcefalia porque no hay todavía pruebas concretas y específicas del vínculo”, dijo Murillo.
Explicó que han orientado a las autoridades de salud de su país desplegar todas las alertas y dar atención más cercana a las mujeres embarazadas que han sido contagiadas, así como seguir en el trabajo preventivo con más fuerza en las comunidades y barrios.
“Vamos a convocar a un foro de especialistas materno infantiles para abordar esta emergencia sanitaria, aparte de los intercambios regionales que se están dando sobre cómo abordarla, porque es algo mundial”, indicó la vocera gubernamental.
Nicaragua es uno de los países con más alta tasa de natalidad y de embarazos entre adolescentes.
En ese país está prohibida toda forma de aborto desde el 2006.
El gobierno reportó hace apenas seis días el primer caso de zika, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, también vector del dengue y del chikungunya, virus que han azotado a varios países de Centroamérica desde el año pasado.