“Todos los miembros de pandillas extranjeras serán expulsados y designaré inmediatamente a los carteles como organizaciones terroristas extranjeras. Lo haré de inmediato”, declaró durante un foro de la organización ultraconservadora Turning Point en Phoenix, Arizona.
El republicano, que gobernó Estados Unidos entre 2017 y 2021, volvió a acusar a otros países de enviar a sus narcotraficantes y afirmó que “toda esta red criminal que opera en suelo estadounidense será desmantelada, deportada y destruida“.
Trump comento esto después de hablar del caso de Aurora, una ciudad de Colorado donde, según el mandatario electo, hay presencia de miembros de la banda trasnacional de origen venezolano Tren de Aragua.
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Además, el ala dura del Partido Republicano pide desde hace tiempo considerar a los narcotraficantes como terroristas e intervenir militarmente en territorio mexicano para combatirlos, una línea roja para el Gobierno de México, que advierte que defenderá su soberanía.
Durante su discurso, Trump dijo que la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, es una “mujer encantadora” pero insistió en que México debe frenar el tráfico de drogas en la frontera.
“Fui muy duro con México. Hablé con la nueva presidenta, una mujer que fue encantadora y maravillosa, la presidenta Sheinbaum, una mujer maravillosa, pero le dije: ‘No pueden hacerle esto a nuestro país’“, agregó.
El republicano se refería a la llamada que tuvo en noviembre con Sheinbaum después de haber amenazado con aranceles del 25 % a México y a Canadá si sus gobiernos no frenan la llegada de migrantes y drogas a Estados Unidos.
Trump destacó que miles de personas mueren cada año por sobredosis de drogas, especialmente por fentanilo, y subrayó: “He informado a México que esto no puede continuar”.
“Las familias están siendo destruidas y vamos a detenerlo. No vamos a permitir que eso suceda”, apuntó Trump, quien anunció que su gobierno lanzará grandes campañas publicitarias para advertir a los ciudadanos sobre el peligro del consumo de estupefacientes.
México suele insistir en que Estados Unidos debe atender la demanda interna de drogas como un problema de salud pública en lugar de enfocarse solo en el tráfico en la frontera.