“El tribunal no puede consentir la desobediencia de una orden emitida legalmente”, argumentó el juez al considerar que una multa no sería suficiente para disuadir a la funcionaria y dictaminar que debe permanecer en custodia policial.
Antes de la audiencia, más de 100 personas se concentraron ante la corte federal de Kentucky que lleva el caso para manifestar su apoyo o rechazo a la actitud de Davis.
La funcionaria decidió dejar de emitir cualquier licencia de matrimonio en junio, cuando el Supremo falló a favor de la legalización de las uniones entre personas del mismo sexo en todo el país, una decisión histórica que anuló la potestad de los estados para prohibir el casamiento entre homosexuales.
Así, el matrimonio homosexual se convirtió en un derecho constitucional en Estados Unidos, lo que obliga a los trece estados que entonces todavía lo prohibían, entre ellos Kentucky, a permitir que las personas del mismo sexo puedan casarse.
Cuando el gobernador de Kentucky, el demócrata Steve Beshear, ordenó a los juzgados emitir licencias de matrimonio a los homosexuales, Davis decidió interponer una demanda en una corte federal, con el argumento de que sus creencias religiosas la excluyen de tener que cumplir con esa obligación.
Davis llegó hasta el Supremo, que este lunes le ordenó que, de manera inmediata, comenzara a emitir licencias matrimoniales a todo tipo de parejas, homosexuales y heterosexuales, mientras la funcionaria sigue con el proceso legal en instancias judiciales inferiores, algunas de las cuales ya han rechazado su causa.
En una declaración divulgada por sus abogados esta semana, Davis defendió que no siente “hostilidad” hacia nadie ni actúa “con mala voluntad”.
“Para mí, esto nunca ha sido un tema de ser gay o lesbiana. Es sobre el matrimonio y la palabra de Dios”, aseguraba.