El fundador del Wacken, Thomas Jensen, nunca imaginó que su festival se convertiría en una meca del heavy metal. DW habló con él sobre bandas de países devastados por la guerra, nuevos fanáticos “made in Wacken” y más.
DEUTSCHE WELLE
El festival de heavy metal que ha permanecido tres décadas y sigue renovándose
El fundador del Wacken, Thomas Jensen, nunca imaginó que su festival se convertiría en una meca del heavy metal.
-DW: Lanzó el festival hace 30 años y de hecho se subió al escenario con su banda de aquel entonces, Skyline. ¿Alguna vez imaginó en sus sueños más salvajes que el Wacken se convertiría en lo que es hoy?
Thomas Jensen: De ninguna manera. Nunca tuvimos un plan maestro y, de hecho, todavía no tenemos uno. Nunca nos atrevimos a soñar que sobreviviríamos por tanto tiempo en la industria de la música. Sentíamos que sería bueno si pudiéramos organizar el festival de vez en cuando. No podemos darles suficiente crédito a los fanáticos por el regalo que nos dieron, por dejarnos hacer esto.
-¿Recuerda cómo era en 1990?
Donde estamos parados en este momento es un lugar histórico. El escenario estaba allá atrás, y justo aquí, lo que hoy llamamos la “villa de los artistas”, fue el sitio de nuestro primer campamento. Todo comenzó en el pozo de grava del municipio de Wacken. La carpa de la fiesta estaba por aquí a la derecha. Siempre planeamos diferentes escenarios que alternan actos, en una especie de Rock Around the Clock, de Bill Haley.
¿Qué le dio la idea de comenzar un festival?
En aquel entonces, simplemente no existía tal cosa y nuestra música estaba tristemente subrepresentada. El festival Lübeck ya existía. Era muy bueno y tenía actos como Judas Priest y Santana. Pero queríamos más dinamismo, queríamos celebrar nuestro tipo de música durante todo el día y durante al menos dos días, incluyendo la experiencia de acampar.
¿Cómo se ha desarrollado el festival desde entonces?
Todavía es rock and roll, con un poco de locura. Todavía cometemos errores y nos gusta probar nuevos conceptos. Aparte de eso, es más grande y más profesional. Pudimos cumplir nuestro sueño de invitar a muchos de los artistas que mi cofundador Holger Hübner y yo realmente quisimos en 1990. Esperando a Metallica.
¿Cuáles son los aspectos más destacados de este año?
No es que tengamos destacados, acá todas las bandas son “solo asesinos, nada de rellenos”, cosas realmente emocionales. Bandas de rock and roll que han contribuido enormemente con la escena musical en los últimos dos o tres años, como Rose Tattoo y Sabaton. ¡Me alegra que tengamos muchas bandas jóvenes como The Wild! Y The New Roses.
¿Por qué nunca has logrado traer a Metallica?
Bueno, Lars (baterista de Metallica, Lars Ulrich) dijo que tocarían aquí algún día. Somos pacientes.
¿Qué hace a Wacken diferente a otros festivales?
Wacken solo puede tener lugar en Wacken, el lugar donde crecimos. También, existe esta simbiosis entre el pueblo y los fanáticos. Nos respetamos y nos caemos bien, y juntos celebramos una gran fiesta. Los fanáticos no solo consumen el festival, sino que en gran parte le dan forma, es su propio festival. Algunos dicen que han estado viniendo por 30 años, tenemos muchos clientes habituales.
Treinta años de Wacken, ¿no está el festival volviéndose viejo, tal vez incluso aburrido?
Para nada. Muchos de nuestros jóvenes fanáticos fueron concebidos aquí y orgullosamente proclaman ese hecho a todo el mundo con camisetas que dicen “hecho en Wacken”. Nuestra audiencia abarca tres, tal vez incluso cuatro generaciones. Queremos continuar, el pueblo quiere continuar y también los fanáticos. No hemos llegado al final de nuestro viaje por el universo del metal. Para mí, parece que el tren de metal acaba de salir de la estación. ¡Veamos a dónde nos dirigimos!
¿Qué tan importante es invitar a bandas de países como Bangladesh y Líbano a unirse a la Metal Battle?
La Metal Battle muestra dónde se toca el metal y eso incluye áreas de conflicto y guerra, donde hacer música es una declaración muy diferente de lo que es aquí en Alemania. Es increíble si podemos ofrecerles un escenario, en particular a personas de países que no esperarías ver en Wacken. Este año, logramos que Doch Chkae, de Camboya, viniera a Wacken, después de que las autoridades alemanas les negaran las visas el año pasado.