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Dengue en Centroamérica: al borde de la crisis humanitaria

Con 150 muertos y casi 162.000 personas afectadas, el dengue ha llegado a niveles de epidemia en Centroamérica y México. No es solo un desafío para los sistemas de salud pública, sino un problema de derechos humanos.

Hospitales abarrotados de pacientes, niños casi desmayados por la fiebre y largas filas en los dispensarios rurales para conseguir los antipiréticos más básicos, son escenas comunes en los países centroamericanos, que le imprimen dramatismo a las frías estadísticas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

De acuerdo a la OPS, hasta el 10 de agosto habían muerto 130 personas en los países de Centroamérica (a excepción de Costa Rica, que no reporta fallecimientos) a causa del dengue, y otras 20 en México. En toda el área mesoamericana, el virus ha contagiado a más de 162.000 personas.

El virus del dengue es transmitido por el mosquito Aedes Aegypti, que incuba sus larvas en depósitos de agua limpia en calles, patios y jardines. Por tal razón, la actual temporada lluviosa en Centroamérica (mayo-noviembre) se considera el período más peligroso, por la acumulación de charcos que se convierten en fáciles criaderos del insecto.

La enfermedad provoca fiebres altas, vómitos, dolores de cabeza, musculares o articulares, y puede ser mortal si no se atiende oportunamente. El tipo más peligroso, el dengue hemorrágico, conlleva riesgo de muerte por un descenso severo de las plaquetas, células indispensables en el proceso de coagulación de la sangre.

Las redes hospitalarias colapsan generalmente ante estas epidemias, en una región donde más de la mitad de sus 40 millones de habitantes vive en condiciones de pobreza.

No por casualidad Honduras, que en los últimos 15 años ha mantenido el promedio de pobreza extrema más alto del istmo centroamericano (19,6 por ciento según el Banco Mundial) es también el país más afectado por el dengue: 82 muertos, 42.000 infestados y la peor epidemia de esta enfermedad en su historia.

Nicaragua presenta una situación similar. Con índices de pobreza general que rondan el 23,5 por ciento, se ubica como una de las naciones latinoamericanas con mayor cantidad proporcional de casos de dengue: 441 por cada 100.000 habitantes, de acuerdo con la OPS.

Crisis humanitaria

Esta epidemia “es humanamente intolerable”, declaró el comisionado de los Derechos Humanos de Honduras, Roberto Herrera, quien pidió a los ministros de Salud de Centroamérica que establezcan mecanismos urgentes y coordinados para la prevención y control del mosquito Aedes Aegypti.

Aconsejó a los responsables de salud de la región que se reúnan y pidan ayuda a la comunidad internacional antes de que la epidemia sea incontrolable. Si bien la mayoría de países centroamericanos han decretado alerta epidemiológica, las campañas de fumigación y destrucción de criaderos del zancudo no parecen suficientes y el dengue está a punto de provocar una crisis humanitaria.

“Tenemos que dar una respuesta más categórica en la cual la unidad se demuestre en la realidad, contribuyendo a sensibilizar sobre el peligro que constituye esta amenaza”, insistió Herrera.

Las víctimas continúan en aumento, especialmente en zonas rurales donde no llegan los servicios de salud ni las campañas de fumigación.

“Es lamentable, no debemos tener fallecidos pero muchas veces esto es inevitable y sobre todo porque no tomamos a tiempo la previsión de asistir al médico”, dijo este lunes la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, al justificar la muerte de 10 personas por el dengue.

En sus acostumbradas declaraciones a la televisión y radios oficialistas, Murillo dijo que la semana anterior se registraba en el país un acumulado de 6.476 pacientes confirmados con dengue y que todos los casos -sospechosos y confirmados- aumentaron en un 15 por ciento.

Para el epidemiólogo Leonel Argüello, la cifra de víctimas fatales e incluso de personas contagiadas podría ser mucho mayor, debido a que no todos los pacientes acuden a los centros de salud sino que se atienden en casa, lo que muchas veces tiene un desenlace fatal por la inadecuada automedicación.

En el resto de Centroamérica, la epidemia ha dejado 34 muertos en Guatemala y cuatro en El Salvador. En Costa Rica, aunque no se reportan fallecimientos, los casos de dengue aumentaron en un 70 por ciento con respecto al año pasado, según revelaron las autoridades de salud.

De acuerdo con la OPS, casi 700 personas murieron por dengue este año en el América Latina, siendo el país más afectado Brasil con 485 muertos, seguido por Honduras con 82, Colombia con 35, Guatemala con 34 y México con 20.