Violencia endémica
Aunque el atentado en la iglesia de San Pedro y San Pablo de la capital egipcia no había sido todavía reivindicado este lunes, estos expertos están de acuerdo en que este ataque pone en dificultades al gobierno.
En primer lugar según Victor Salama, profesor en la facultad de Ciencias Políticas de la universidad de El Cairo, ha sido el apoyo de la Iglesia copta al gobierno lo que fue atacado.
“La reivindicación política de los islamistas podría ser decir que se hizo pagar a los coptos su apoyo a la destitución de los Hermanos Musulmanes (en julio de 2013)” , explica este especialista.
Atacados en varias ocasiones desde el derrocamiento por parte del ejército del expresidente islamista Mohamed Mursi, los coptos representan un blanco fácil.
Desde el verano (boreal) de 2013, al menos fueron atacadas 42 iglesias, entre las cuales 37 resultaron incendiadas o dañadas, así como decenas de escuelas, casas y comercios pertenecientes a coptos, según afirma la oenegé Human Rights Watch. La misma acusa a las fuerzas del orden de haber estado ausentes durante estos ataques confesionales.
Hay una violencia que no se ve, que es omnipresente contra los coptos, y endémica en particular en el Alto Egito“, subraya Salama.
Este atentado contra la iglesia muestra además las debilidades del poderoso aparato represivo del Estado egipcio.
” Es una bofetada para el gobierno“, estima Salama.
Para Abdalá al Sennawi, editorialista del diario privado Al Churuq, el ataque ” revela la ausencia de una real estrategia para luchar contra el terrorismo y la dejadez de los servicios de seguridad“.
Al afectar al gobierno, el ataque también sirve a la estrategia de los grupos islamistas que buscan comprometer cualquier oportunidad de recuperación de la economía y del turismo.
El viernes, dos atentados con bomba provocaron la muerte de seis policías en El Cairo y de un viandante en el norte de la capital, los que posteriormente fueron reivindicados por el grupo extremista Hasm.
Pero, éste del domingo ha tenido un impacto mucho más importante, puesto que ” al afectar a los cristianos, su repercusión en el extranjero será mucho más amplia”, estima Hazem Hosni, también profesor de Ciencias Políticas en la universidad de El Cairo.
El balance del atentado aumentó este lunes de 23 a 25 muertos, según el ministerio de Salud egipcio. Además, 24 heridos abandonaron el hospital en la mañana de esta jornada, en tanto 20 seguían internados.