El sospechoso, identificado como Akayed Ullah, de 27 años, sufrió heridas y quemaduras, dijeron las autoridades. Fue detenido y trasladado al hospital Bellevue.
Ninguno de los heridos corre riesgo de vida, informaron los bomberos.
Explosión prematura
La explosión, que ocurrió a las 7.20 hora local (12h20 GMT), fue provocada por “una bomba artesanal sujetada a su cuerpo por una serie de cierres y velcros”, informó a la prensa John Miller, de la unidad contraterrorista de la policía de Nueva York.
Aparentemente la bomba detonó de forma prematura, dijeron las autoridades.
#NewYork Policía realiza reconocimientos ante reportes de una explosión en la estación del metro cerca de Manhattan pic.twitter.com/MIN1gsZDFy
— República (@republicagt) 11 de diciembre de 2017
El exjefe de la policía de Nueva York, Bill Bratton, dijo a la televisión MSNBC que fue informado de que el sospechoso era originario de Bangladés y que había actuado en nombre del grupo Estado Islámico. Las autoridades no han confirmado estas informaciones.
Las estaciones de metro del área fueron evacuadas sin pánico, observaron periodistas de la AFP en el lugar.
El metro siguió funcionando, pero sin detenerse en esas estaciones. La estación de buses de la Autoridad Portuaria también fue evacuada y la circulación en varias calles y avenidas fue cerrada, aunque la circulación comenzó a regresar a la normalidad tres horas tras el ataque.
El presidente Donald Trump fue informado de la situación, indicó su portavoz Sarah Sanders.
La explosión ocurre en las vísperas de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, que atraen a cientos de miles de turistas a Nueva York, la ciudad más poblada de Estados Unidos con ocho millones y medio de personas.
En Times Square, el área donde tuvo lugar el intento de atentado, un millón de personas se concentran cada 31 de diciembre para esperar el Año Nuevo.
Nueva York, una de las ciudades más diversas del mundo y blanco de los movimientos terroristas, ha implementado una fuerte vigilancia desde los atentados de septiembre de 2001 que derribaron sus Torres Gemelas, con miles de policías en uniforme y vestidos de civil que patrullan día y noche las calles de la ciudad.
“Cuando uno escucha de una bomba en una estación de metro, eso es una de nuestras peores pesadillas”, aunque “la realidad fue mejor de lo que inicialmente esperábamos y temíamos”, admitió el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, al resumir lo que sintió al escuchar la noticia.
El 31 de octubre pasado, el día de Halloween, un uzbeko residente en Estados Unidos lanzó una gran camioneta contra varios ciclistas que se paseaban por Chelsea, en el sur de Manhattan, provocando ocho muertes en el peor atentado terrorista en Nueva York desde el 11 de septiembre de 2001.
El sospechoso, que había jurado lealtad al Estado Islámico, fue detenido inmediatamente y está en prisión a la espera de su juicio.