“Nadie ha contribuido menos al cambio climático que India y África. Y nadie es más consciente” del problema, declaró el primer ministro Narendra Modi en una cumbre reciente.
Deshielo de los glaciares
En el Himalaya, en Cachemira, el científico Shakil Ahmad Romshoo teme por el futuro de una región que depende en gran medida de los más de cien glaciares para satisfacer sus necesidades de agua.
Al menos dos glaciares himalayos desaparecieron desde hace 50 años y otros encogieron un 27% en ese periodo, según estudios de Romshoo.
“El impacto del cambio climático es claro y fuerte. Hemos detectado una reducción significativa del raudal de agua procedente de los glaciares” explica.
Llega menos agua a los ríos, obligando a los agricultores a cambiar de estilo de vida. Dejan los arrozales y se dedican al cultivo de manzanas.
La nieve se derrite más rápido en las cumbres debido a la subida de la temperatura.
“La nieve de las montañas se ha derretido completamente antes de abril, justo cuando la necesitamos para la agricultura”, lamenta Haji Mohamad Rajab Dar, un habitante de la aldea de Chandigam.
“Antes extraía 230 y 260 sacos de arroz de mis arrozales. Coseché 90 este año”, afirma este hombre de 70 años. “Estamos arruinados y condenados a convertirnos poco a poco en mendigos”.
Erosión de la costa
El gobierno indio reconoce el impacto del cambio climático en su territorio, desde el deshielo de los glaciares hasta la progresión de la sequía en las tierras agrícolas, pasando por la erosión de las costas por la subida de los océanos.
“En la última década, las capturas han disminuido un 40%”, cuenta Ayub Hajji, cuya familia pesca en Gujarat desde hace generaciones.
India culpa del calentamiento global a los países desarrollados y considera injusto e hipócrita que le pidan a ella una reducción de las emisiones.
El gobierno recuerda que 300 millones de habitantes sobre un total de mil 250 millones carecen de suministro eléctrico.
En su plan de acción de cara a la conferencia de París, Francia, prevé reducir su intensidad de carbono (emanación de dióxido de carbono por unidad económica producida) un 35% antes del 2030 pero no se compromete a recortar las emisiones.
India, cuarto emisor mundial de gases de efecto invernadero, aumentará su producción de carbón a corto plazo para respaldar el ritmo de su crecimiento, pero prometió generar 40% de su electricidad a partir de energías renovables como la solar antes de 15 años.
Aire irrespirable
Entre sus centrales de carbón y la gran cantidad de coches en las calles, Nueva Delhi se ha convertido en la ciudad más contaminada del mundo, con un índice muy elevado de partículas minúsculas causantes de enfermedades respiratorias y cánceres, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) .
En uno de los principales hospitales de la ciudad especializado en enfermedades pulmonares, el doctor Manu Madan asegura que su servicio está lleno de pacientes asmáticos y con otras dolencias provocadas por el aire contaminado.
En los campos de Maharashtra muchos agricultores sufren por la irregularidad de las lluvias, atribuida por los expertos al calentamiento global.
Entre sus centrales de carbón y la gran cantidad de coches en las calles, Nueva Delhi se ha convertido en la ciudad más contaminada del mundo.
Los enormes chaparrones seguidos por semanas de sequía aceleran la erosión de los suelos cultivables que se vuelven menos fértiles, sostiene Shantaram Sakore, director de una oenegé local de apoyo a los agricultores.
Sin acceso a la irrigación y muy dependientes del monzón anual, los agricultores buscan por todos los medios recursos acuíferos, cavando pozos cada vez más hondos, lo que reduce el nivel de aguas subterráneas.
Narayan Nipurte, arrocero de un distrito al norte de Bombay, no está muy al corriente de los entresijos del cambio climático, pero se da cuenta de que le resulta difícil llegar a fin de mes con dinero en cuanto hay un monzón.
“Habrá temporadas sin lluvia, ¿entonces cómo haremos?”, se pregunta.