A pesar del escepticismo de muchos palestinos, árabes y judíos, Tzafir persiste y afirma: “He escuchado y vi muchas cosas crueles, tanto de parte de los árabes como de los judíos en las difíciles circunstancias actuales. He constatado el estrés y la tensión. Pero creo que debemos vivir juntos”.
Según él, varios clientes han aprovechado esta promoción.
Los árabes israelíes también han intentado brindar su contribución.
En la Ciudad Vieja de San Juan de Acre, al norte de Israel, los propietarios del restaurante Al Marsa, Musa Ala y Marwan Sawaed, invitaron a cenar a los de un restaurante judío vecino.
“San Juan de Acre es una ciudad mixta y la situación actual en el país afecta tanto a árabes como a judíos”, explica Sawaed.
Desde que comenzó la violencia se produjo una ruptura: “Los árabes con los árabes, y los judíos con los judíos, y esto afecta a San Juan de Acre”, se lamenta, “debemos vivir juntos para encontrar una solución”, añadió, “y una mesa es el lugar indicado”.
Los árabes israelíes constituyen el 17.5% de la población israelí, y descienden en su gran mayoría de los palestinos que quedaron en el territorio tras la creación del Estado de Israel en 1948.
Suelen ser muy solidarios con la causa palestina.