La mayoría de estos, debido a las distancias que recorren y la dificultad que supone atravesar el océano, nunca llegan a tierra.
Sin embargo, hace algún tiempo se dio un descubrimiento en Australia que quedaría guardado en la historia.
Tonya Illman, residente de la pequeña ciudad pesquera de Lancelin, ubicada al suroeste de Australia, encontró una botella tirada a unos 50 metros de la orilla del mar mientras caminaba por una playa al norte de Wedge Island. Ocurrió en 2018.
“Lo recogí pensando que se vería bien como decoración en mi casa”, confesó la mujer australiana.
Al recoger la botella de la arena, Tonya vio que esta se encontraba abierta y no tenía corcho. A pesar de esto, su contenido estaba bien conservado.
El documento dentro de la botella no era un mensaje de ayuda de un náufrago ni una carta de amor. Al contrario, se trataba de información de un experimento alemán para cartografiar los mares y comprender sus corrientes realizado entre 1864 y 1933.
Durante esos años, miles de botellas fueron lanzadas al mar y cada una contenía un papel con la fecha exacta del día en que se hizo el experimento, las coordenadas del barco, el nombre del buque y la ruta que recorría.
En la parte trasera del papel, se encontraba un cuestionario para la persona que encontrara la botella y se tenía que anotar la fecha y lugar donde fue localizada.
Posteriormente, esta botella debía de ser enviada al Observatorio naval de Hamburgo o al Consulado Alemán más cercano.
Pese al buen estado del documento encontrado en Australia, las anotaciones del capitán de la embarcación habían desaparecido y debido a esto, Kym Illman, esposo de Tonya, se propuso recuperar a su totalidad el documento.
Luego de varios días, Kym logró hallar la fecha del papel, las coordenadas, la ruta y el nombre del barco.
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Este antiguo mensaje fue escrito el 12 de junio de 1886 en un barco llamado Paula que recorría la ruta marítima de Cardiff a Madagascar.
Luego, la pareja australiana llevó el mensaje de la botella al Museo de Australia Occidental para comprobar la autenticidad del documento, donde expertos confirmaron que la botella y el papel databan de esos años y que la embarcación Paula navegó por esa ruta en 1886.
De igual manera, en un archivo en Alemania, investigadores confirmaron que en el diario de navegación de Paula se detallaba el lanzamiento al mar de una botella el 12 de junio de 1866 y las coordenadas correspondían a las escritas en el mensaje dentro de la botella encontrada en Australia.
Hasta la fecha, solamente 633 botellas han sido encontradas de las miles que fueron arrojadas desde barcos alemanes como parte de este experimento y la hallada en una playa australiana es la más antigua de todas.
El récord anterior del mensaje en una botella más longevo tenía 108 años y 128 días de antigüedad, pero fue superado por los 131 años y 223 días de esta botella en Australia.
En la actualidad, esta botella encontrada por Tonya Illman se encuentra expuesta en el Museo de Australia Occidental.