Este desgaste de las rocas calizas, sucedido por el intemperismo químico y que puede provocar socavones como el que se ha dado en el río Atoyac, hace que el daño no se pueda revertir.
Incluso la acción humana podría ser ineficiente, considera Barragán.
Si se hiciera un intento por rellenarlo, abundó el experto, “sería como luchar contra la naturaleza, porque si ya colapsó en ese punto es porque las rocas están siendo disueltas y seguirá colapsando”.
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— UNAM (@UNAM_MX) March 5, 2016
El lunes último habitantes de la comunidad Rancho San Fermín, donde se originó el hundimiento, se dieron cuenta de que el agua había dejado de correr y encontraron el gran hoyo causante del incidente.
Autoridades de la Secretaría de Protección Civil de Veracruz reportaron que la abertura, que presuntamente conduce a mantos freáticos, tiene una longitud de unos 30 metros por 20 de ancho, la cual atraviesa el lecho del río.
Barragán adelantó que un académico del IGL acudirá al lugar afectado para realizar un “diagnóstico real” de lo ocurrido.
La hendidura surgió a unos tres kilómetros del nacimiento del río, que abastece de agua a más de 10 mil familias y a industrias azucareras de la región.
Diversos expertos han propuesto que, mientras se encuentra una solución, se hagan perforaciones de pozos en las comunidades afectadas para proporcionar agua proveniente del subsuelo, apunta el comunicado de la Unam.
La cuenca del río Atoyac nace en el municipio de Amatlán de los Reyes y se prolonga hasta la desembocadura de la vía fluvial en el municipio de Boca del Río, en el litoral del Golfo de México, y cruza los municipios de Atoyac, Yanga, Cuitláhuac, Carrillo Puerto, Cotaxtla y Medellín.
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