El futuro presidente de México, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, recibió este viernes en sus oficinas a la delegación de altos funcionarios estadounidenses encabezada por el secretario de Estado, Mike Pompeo, en su primer acercamiento cara a cara con el Gobierno de EE.UU.
Tras una reunión con el mandatario Enrique Peña Nieto, la delegación acudió a las oficinas del político izquierdista, ubicadas en la céntrica colonia Roma de Ciudad de México, pasadas las 13.00 hora local (18.00 GMT), y fue atendida a su llegada por el futuro canciller mexicano, Marcelo Ebrard.
Junto con Pompeo viajan el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin; la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, y el yerno y asesor del presidente Donald Trump, Jared Kushner.
López Obrador, quien asumirá la Presidencia el 1 diciembre próximo, está acompañado por varios miembros de su futuro Gabinete ministerial, entre ellos la secretaria designada de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y el elegido como titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Alfonso Durazo.
Antes de acudir a las oficinas del próximo presidente, la delegación mantuvo una reunión en la residencia de Los Pinos con el actual mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, que duró alrededor de una hora.
También tuvieron oportunidad de conversar con personal de la embajada de EE.UU. en México y sus familiares.
“Gracias al presidente Peña Nieto por dar la bienvenida a nuestra delegación. Esperamos con anhelo reunirnos con el presidente electo López Obrador”, escribió en su cuenta de Twitter Pompeo poco después de llegar a Los Pinos.
De acuerdo con la agenda divulgada por el Departamento de Estado, cuando acabe la conversación con López Obrador está programada una reunión entre Pompeo y el canciller mexicano, Luis Videgaray, tras lo cual ambos funcionarios darán un mensaje a medios.
En la conferencia de prensa en la que López Obrador confirmó su reunión con la delegación estadounidense, el izquierdista dijo que el hecho de que la visita la efectúe una delegación “del más alto nivel” es “un buen síntoma”.
“Esta primera conversación versará esencialmente en torno a la propuesta de acuerdo para el desarrollo y el bienestar; esa será la materia principal”, añadió.
El presidente Donald Trump fue uno de los primeros en felicitar al líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) tras las elecciones del 1 de julio, menos de dos horas después de que los sondeos a pie de urna le dieran como ganador.
“Estoy muy deseoso de trabajar con él. ¡Hay mucho que hacer que beneficiará tanto a Estados Unidos como a México!”, dijo entonces Trump vía redes sociales.
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López Obrador y Trump también tuvieron una conversación telefónica que duró alrededor de media hora.
En ella, López Obrador propuso explorar un acuerdo integral que contemple generar empleos en México para conseguir reducir la migración y mejorar la seguridad.
Tensas relaciones
Las relaciones entre Estados Unidos y México se han tensado desde que Trump llegó a la Casa Blanca luego de una campaña cargada de insultos contra los mexicanos, ataques al TLCAN, vigente entre ambos países y Canadá desde 1994, así como promesas de construir un muro fronterizo y hacer que México lo pague.
Los aranceles estadounidenses al acero y aluminio mexicanos, la política de “tolerancia cero” de Trump para los inmigrantes indocumentados, la separación de las familias inmigrantes tras la detención de adultos en la frontera, y dos visitas abruptamente canceladas a Washington por parte de Peña Nieto, no hicieron más que alimentar la tumultuosa relación entre los vecinos.
Todos los temas que marcan la agenda bilateral estarán sobre la mesa, incluidos el comercio, la migración, la seguridad y los problemas de la frontera, dijo el jueves un alto funcionario del Departamento de Estado.
Trump y López Obrador conversaron al día siguiente de la victoria electoral del mexicano, en una llamada telefónica que ambos calificaron de positiva.
El izquierdista propuso al magnate “un acuerdo integral de proyectos de desarrollo” que generen empleos, logrando con ello reducir la migración ilegal y mejorar la seguridad.
Algunos analistas señalaron paralelismos entre los dos líderes: ambos son escépticos del libre comercio con tendencias populistas que movilizaron a ciudadanos descontentos con campañas contra el 'establishment'. Según reportes de prensa, Trump ha llamado a AMLO “Juan Trump” en privado.
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