El fallo contra Leniz Escobar, alias a la Diablita, que también la halló culpable de extorsión, obstrucción a la justicia, pone fin a cuatro semanas de juicio en el tribunal de Islip, este del estado de Nueva York, donde se asienta una nutrida comunidad salvadoreña.
Aunque falta todavía conocer la pena, que puede mantener a esta veinteañera el resto de su vida en la cárcel, la justicia estadounidense pretende enviar una “advertencia” a otros miembros de esta banda de que no parará hasta que “no representen ningún peligro para nuestro distrito”, dijo el fiscal Breon Peace, citado en un comunicado.
El 11 de abril de 2017, Escobar, junto con Keyli Gómez, atrajo a cinco jóvenes, supuestamente pertenecientes a una banda rival, a una zona boscosa de la localidad de Islip, Long Island, donde les esperaban más de una docena de miembros de la Salvatrucha, armados con machetes, cuchillos, un hacha y otras armas.
Una de las víctimas escapó, pero Michael López, Justin Llivicura, Jorge Tigre y Jefferson Villalobos murieron a manos de su verdugos.
Escobar, que en la época tenía 17 años, está acusada de haber contribuido a orquestar la matanza para escalar posiciones en la estructura de la organización nacida en los años 1980 en Los Ángeles y extendida por El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Estados Unidos
“La acusada mostró total desprecio por la vida humana al llevar a las víctimas a un campo de la muerte, a su matanza, para elevar su posición con sus compañeros homicidas dentro de la mara MS-13″.
Según se estableció en el juicio, los miembros de la MS-13 tomaron a las víctimas por miembros de una pandilla rival. Al menos dos de éstas habrían publicado fotos en las redes sociales, en las que se hacían pasar por miembros de la Salvatrucha.
Escobar y Gómez mostraron las fotos a miembros de la MS-13 que confirmaron que esos jóvenes no pertenecían a la misma, por lo que decidieron que había que matarlos.
Tras el homicidio, la Diablita arrojó su teléfono “desde un auto en movimiento” y “se deshizo de la ropa con rastros de sangre que llevaba puesta”, según la policía.
Más de una docena de miembros de la Salvatrucha han sido acusados por estos homicidios.
En Estados Unidos, la MS-13, que se organiza en Estados Unidos en grupos conocidos como “programas” o “clicas” que cuentan con unos 10 mil miembros, es la “más violenta”, según la policía neoyorquina.
La justicia estadounidense emprendió una cruzada contra esta banda en 2003 y desde entonces ha detenido y condenado a “cientos” de miembros.
De acuerdo con las investigaciones, tras haber perpetrado los múltiples crímenes, la Diablita presumió el hecho con sus amigos pandilleros y en una llamada le describió todos los detalles a su novio.