“Adentro todo está perdido” , dice este martes Khan. Decenas de tiendas fueron saqueadas en medio de los violentos choques entre jóvenes y la policía en el oeste de Baltimore tras el funeral de Freddie Gray, un negro de 25 años que murió el 19 de abril en dependencias policiales.
Sin seguro y tras muchos sacrificios, la amargura de Rachid es evidente cuando limpia los destrozos —al igual que cientos de sus vecinos usando guantes de goma y bolsas de basura— que dejaron los manifestantes, quienes también incendiaron vehículos y patrullas policiales.
Este martes, decenas de policías aseguraban esta ciudad portuaria.
El hombre, quien pidió dinero prestado a sus amigos para montar el negocio, calcula que los daños en su tienda “King” llegan a US$25 mil.
Pero al mal tiempo buena cara. Rachid se siente agradecido de que sus vecinos lo ayuden a limpiar y a poner paneles de madera en la parte frontal de “King” para evitar nuevos saqueos.
“Debemos parar de matarnos” , dice una frase en la fachada de la tienda.
Un poco más lejos, Nireasha Kellum, de 11 años, limpia la calle junto a su madre y su tío. “Quisiera que todo vuelva a ser como era antes de los saqueos” , dice a la AFP la pequeña, que ayudó a cargar bolsas de basura.
Los manifestantes han realizado protestas desde la muerte de Gray -una semana después de ser detenido-, pero la violencia y caos registrados la noche del lunes tras el funeral del joven no se había visto desde hace mucho tiempo en esta empobrecida ciudad.
Se vivió tensa calma
La Policía de Baltimore patrullaba este martes las calles aún humeantes de la ciudad, donde manifestantes demostraron su cólera durante la madrugada quemando automóviles y saqueando tiendas tras realizarse los funerales de un joven negro muerto en dependencias policiales.
Los incendios se extinguían lentamente en la mañana en esta ciudad de mayoría negra, en el noreste de Estados Unidos, que cuenta con barrios de gran pobreza y donde un toque de queda fue instaurado a partir de este martes desde las 22.00 locales hasta las 05.00 locales por una semana.
El gobernador de Maryland, Larry Hogan, declaró la noche del lunes recién pasado el estado de emergencia en la ciudad para movilizar a la guardia nacional y “restaurar el orden” tras los violentos disturbios.
Las escuelas permanecerán cerradas como medida de seguridad, y la luz del día permitirá apreciar la magnitud de los daños registrados en la noche y la madrugada por grupo de jóvenes negros que expresaron su cólera, cansados del comportamiento de la Policía hacia ellos.
Las autoridades de la ciudad, líderes de la comunidad negra y la familia del joven afroamericano fallecido, Freddy Gray, expresaron su disgusto por las manifestaciones violentas que se generaron el lunes después de los funerales del joven.
“Muchas generaciones han ayudado a construir esta ciudad para que la dejemos destruir por matones“, advirtió la alcaldesa de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake. “Es tonto creer que destruyendo la ciudad podrán construir una nueva vida“, añadió.
La guardia nacional de Maryland y miles de policías fueron convocados como refuerzos, al tiempo que se dispuso el toque de queda nocturno para intentar devolver la calma en Baltimore.
El coronel Darryl De Sousa de la policía local reportó 15 heridos y 27 detenidos en los enfrentamientos entre manifestantes y los uniformados, que los reprimió con gases lacrimógenos.
“Estamos viendo un tipo de violencia sin precedentes a través de la ciudad. Principalmente en el lado este de Baltimore“, precisó De Souza la noche del lunes.
Violencia tras los funerales de Freddy Gray
La violencia se desató tras el funeral de Gray, al que acudieron en la mañana del lunes unas 3 mil personas —todos afroestadounidenses— para rendir homenaje al joven, cuyo cadáver reposaba en un ataúd abierto y rodeado de coronas de flores en el templo bautista Nueva Shiloh.
Gray murió el 19 de abril recién pasado en un recinto policial en circunstancias no aclaradas luego de ser arrestado una semana antes.
Según abogados de la familia, cuando el joven falleció, tenía la columna vertebral seccionada a la altura de las cervicales.
La Policía de Baltimore deberá entregar el 1 de mayo su investigación del caso, pero el viernes recién pasado aceptó que Gray tendría que haber recibido atención médica inmediata tras su arresto.
Videos de la detención grabados por transeúntes muestran cómo la Policía tiró al piso de forma violenta al joven, que gritaba de dolor, antes de subirlo a un furgón para llevárselo.
Al concluir el funeral, grupos de jóvenes, en su mayoría estudiantes que regresaban de sus colegios, se enfrentaron con la policía y les atacaron con piedras, palos y botellas.
Varios supermercados y locales comerciales fueron saqueados e incendiados, así como automóviles y vehículos policiales.
La Policía dijo que analizará los videos de cámaras de seguridad para intentar detener a los responsables de estos actos de violencia.
Un responsable de la Policía de Maryland dijo que se habían pedido 5 mil 500 hombres de refuerzo para mantener el orden y la calma en Baltimore, con unos 620 mil habitantes.
Se extienden las protestas
La de Gray es la última de una serie de muertes de afro-estadounidenses desarmados, en su mayoría a manos de policías blancos, que han desencadenado violentas protestas y reavivaron el debate sobre racismo y uso excesivo de la fuerza por la policía en Estados Unidos.
El activista Jesse Jackson denunció una “epidemia de asesinatos en el país.” “Nos hemos convertido en demasiado violentos, demasiado llenos de odio“, dijo a la prensa, denunciando que la pobreza de ciudades como Baltimore es “un arma de destrucción masiva.”
Varias investigaciones, entre ellas una del Departamento de Justicia, están en marcha para determinar las circunstancias de la muerte de Gray.
Videos de la detención grabados por transeúntes, muestran cómo la policía tiró al piso de forma violenta al joven, que gritaba de dolor, antes de subirlo a un furgón para llevárselo.
Se espera que el 1 de mayo la policía entregue los resultados de su investigación interna. Entretanto seis uniformados fueron suspendidos.