“Ni un muerto en una iglesia”
Ortega rechazó las acusaciones de que controla a los paramilitares progubernamentales que han sido vistos actuando en acuerdo con la policía.
En cambio, acusó a grupos políticos nicaragüenses de encabezar milicias antigubernamentales, financiadas por narcotraficantes y agencias de Estados Unidos. Según Ortega, esas milicias mataron a “decenas” de policías durante los disturbios.
“Ninguna de las manifestaciones pacíficas” ha sido atacada, aseguró el mandatario.
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Ortega negó además las denuncias de manifestantes y sacerdotes católicos de que fuerzas oficiales mataron a tiros a dos jóvenes encerrados en una iglesia de Managua que sufrió un asedio sostenido los días 13 y 14 de julio.
“Ningún nicaragüense ha muerto en ninguna iglesia. Ni un solo nicaragüense ha muerto en ninguna iglesia. Eso es falso”, insistió Ortega.
También dijo que es erróneo afirmar que los sacerdotes están siendo atacados.
“No hay un solo sacerdote al que persigamos”, subrayó Ortega, y agregó que agradecía los esfuerzos de la Iglesia Católica para mediar en las conversaciones entre su gobierno y los grupos opositores.
“Mentiras terribles”
Ortega también desestimó las afirmaciones de sus detractores de que busca establecer una “dinastía” familiar, al incluir a su esposa en la fórmula presidencial.
“Nunca se me ocurrió instaurar una dinastía”, dijo. “Mi esposa es la primera vez que ha sido vicepresidente”.
“No estamos apegados al poder”, aseguró.
Ortega dijo que decidió hablar con Fox News después de años de rechazar entrevistas con medios extranjeros, porque quiere que Estados Unidos le muestre “respeto” a Nicaragua.
“La historia de nuestras relaciones con Estados Unidos ha sido dolorosa. No quiero repetirla”, dijo, fustigando una resolución crítica de la situación en Nicaragua que preparan legisladores estadounidenses.
También denostó lo que consideró “una campaña de mentiras, mentiras terribles para tratar de dañar la imagen de Nicaragua y de su gobierno”.
Ortega gobierna Nicaragua desde 2007 por tercer período consecutivo, luego de detentar el poder entre 1979 y 1990 tras liderar la insurrección popular que derrocó al dictador Somoza.
La crisis política ha impactado en la economía de Nicaragua, uno de los países más pobres de América: la calificadora Standard and Poor's (S&P) anunció este lunes que degradó la nota de la deuda soberana del país, de B+ a B, con perspectiva negativa.
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