Bajo un calor sofocante, unos 500 invitados y una pequeña multitud de curiosos acompañaron la ceremonia en el edificio -una pequeña mansión neoclásica de piedra caliza- que desde inicios del siglo XX representa los intereses cubanos.
Afuera de la sede diplomática manifestantes gritaban “¡Viva Cuba!” , “¡Fidel, Fidel!” y “¡Cuba sí, embargo no!”, en medio de un frenesí de camarógrafos, fotógrafos y periodistas de varios países.
La bandera era la misma que fue arriada hace 54 años de la sede diplomática, cuando ambos países rompieron sus relaciones al fragor de la Guerra Fría, dijo el canciller cubano, Bruno Rodríguez, ante una audiencia de invitados que abarrotaban los pasillos de la embajada.
Las relaciones diplomáticas se restablecieron de forma oficial en el primer minuto de este lunes, y las secciones de intereses de Estados Unidos y Cuba se convirtieron en embajadas de pleno poder en ambos países a esa hora.
Tareas enormes por delante
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas, dijo Rodríguez en su discurso, culmina “una primera etapa del diálogo bilateral y abre paso al complejo y seguramente largo proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales.
Para el jefe de la diplomacia cubana, “es grande el desafío porque nunca ha habido relaciones normales entre los Estados Unidos de América y Cuba pese a un siglo y medio de intensos y enriquecedores vínculos entre los pueblos”.
“Desde esta embajada continuaremos trabajando con empeño para mejorar las relaciones culturales, científicas, académicas y deportivas, y los vínculos amistosos”, acotó el canciller.
“Ratificamos la voluntad de Cuba de avanzar hacia la normalización de las relaciones con los Estados Unidos, con ánimo constructivo”, dijo, pero admitió que el trabajo que resta por delante para los dos países es ciclópeo.
“Sólo la eliminación del bloqueo económico, comercial y financiero que tanto daño y privaciones ocasiona a nuestro pueblo, la devolución del territorio ocupado en Guantánamo y el respeto a la soberanía de Cuba darán sentido al hecho histórico que estamos viviendo hoy”, señaló.
Estados Unidos estuvo representado en la ceremonia por la subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, y el jefe de la misión estadounidense en La Habana, Jeff DeLaurentis.
También se encontraba en la embajada cubana Ben Rhodes, asesor especial del presidente Barack Obama y uno de los interlocutores de las conversaciones secretas que durante más de un año mantuvieron los dos países.
Jacobson y la diplomática cubana Josefina Vidal, las dos mujeres que condujeron las delicadas negociaciones de alto nivel durante seis meses, pasaron la ceremonia conversando como viejas amigas, y posaron juntas y sonrientes para fotos ante la bandera cubana.
Reacciones de felicidad
En medio de la multitud que se apretujaba en la sede de la embajada, el cantautor Silvio Rodríguez parecía un anónimo más.
“Nunca pensé vivir este día, y mucho menos vivirlo aquí, en Washington”, dijo Rodríguez a la AFP.
En otra sala, Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, dijo que “es un día fantástico. Personalmente, veo este día como una gran victoria de los cubanos, ya que ahora podemos tener relaciones igualitarias y de respeto mutuo”.
En otro gesto simbólico, el pabellón cubano se sumó esta madrugada al resto de banderas de otros países que ondean fuera del edificio del departamento de Estado en Washington, constató un fotógrafo de la AFP .
Rodríguez, el primer jefe de la diplomacia cubana en visitar Washington en cinco décadas, se reunirá con el secretario de Estado John Kerry para una conferencia de prensa conjunta.
En tanto, en La Habana los actos formales tendrán lugar el 14 de agosto, cuando Kerry visite la embajada estadounidense y se ice el estandarte frente al Malecón.