Los bomberos, que pasaron horas sofocando las llamas con agua y delimitando los campos en llamas con maquinaria pesada, consiguieron mantener el fuego alejado de las viviendas cercanas, conteniéndolo en algunas parcelas vacías.
Entonces se produjo lo que podría ser uno de los momentos clave de una catástrofe que se convirtió en el incendio forestal más mortífero de Estados Unidos en más de un siglo. Aunque ráfagas de viento huracanado soplaban sobre el lugar del incendio y los áridos matorrales circundantes, las cuadrillas abandonaron el vecindario. Según las autoridades, se les necesitaba en otros lugares.
Al cabo de una hora, según los residentes y las autoridades del condado de Maui, el incendio inicial de matorrales se reavivó y descendió por la ladera hacia el océano, destruyendo casi todo a su paso. Esta vez, el fuego se descontroló a gran velocidad. El número de víctimas mortales asciende al menos a 115, y más de 2000 estructuras han quedado destruidas.
En entrevistas realizadas esta semana, varios residentes de la zona cercana al incendio original dijeron que se habían preocupado que este regresara cuando los camiones de bomberos abandonaron su vecindario. El fuego, impulsado por el viento, había arrojado grandes cantidades de brasas a los pastos secos, señalaron algunos de ellos.
“Me enojé porque estaban dejando la zona desatendida”, relató Juan Advincula, de 58 años, que presenció los primeros intentos por apagar el fuego. “Lo que me daba miedo eran los vientos, la sequedad y las brasas. Alguien debía haberse quedado”.
Poco después de que los equipos de bomberos se fueran, aseguraron los residentes, el incendio se reanudó a lo largo del borde del barrio y comenzó a agitarse rápidamente por la ladera, arrojando brasas en los pastizales y arbustos resecos.
El gobernador Josh Green afirmó en una entrevista que el fuego había sido “apagado de manera temporal” antes de que “estallara de nuevo”.
“Creo que solo hubo brasas y viento”, comentó.
El jefe de bomberos de Maui, Brad Ventura, dijo en un comunicado que las cuadrillas habían abandonado el lugar del primer incendio para ayudar a atender “numerosas llamadas adicionales de servicio en otras partes del oeste de Maui”, en su mayoría por cables eléctricos caídos.
El fuego inicial comenzó a arder cerca de las 6:35 a. m. en una zona situada a más de 1,6 km por encima del distrito comercial central de la ciudad. Al parecer, las llamas brotaron junto a Lahainaluna Road, en la zona de un tendido eléctrico roto operado por Hawaiian Electric, según muestran las imágenes de video. El fuego ya estaba arrasando la hierba seca cuando los bomberos llegaron al lugar, y había crecido lo suficiente como para que algunos residentes fueran evacuados por el espeso humo.
A las 9:00 a. m., los bomberos declararon que el incendio de matorrales estaba “contenido al cien por ciento”, según un comunicado del condado. Los equipos de bomberos permanecieron en el lugar varias horas, vigilando la zona, según los videos grabados por los residentes.
Kimo Clark, propietario de una empresa de excavaciones, dijo que, cuando se enteró del incendio, que se produjo en el barrio donde vivían sus padres, ofreció los servicios de su empresa para ayudar. Dijo que abandonó el lugar de los hechos hacia el mediodía, y que los bomberos le dieron las gracias por ayudar y le dijeron que ya no necesitaban sus servicios.
“Había un poco de humo aquí y allá, pero estaba bastante apagado”, aseguró Clark. “No puedes contener cada trozo de raíz y madera que arde. Es como el carbón. Tendría que llover e inundarse para apagar todo eso”.
Aunque el condado ha dicho desde el principio que el incendio de matorrales inicial de alrededor de 1,2 hectáreas fue “contenido en un cien por ciento” antes de que los bomberos se fueran, eso no significaría que el fuego se extinguió. “Significa que los bomberos tienen el incendio totalmente rodeado por un perímetro, dentro del cual todavía puede arder”, explicó el condado mediante un comunicado de prensa la semana pasada explicando los términos. “Un incendio se declara ‘extinguido’ cuando el personal de bomberos cree que no queda nada ardiendo”.
En su comunicado del martes, Ventura cambió la descripción del condado sobre el estado del incendio temprano, llamándolo ahora “extinguido”, sin humo ni calor. Las cuadrillas abandonaron el lugar a las 2:00 p. m.
Sin embargo, una mujer que vive cerca del lugar del incendio original y que no quiso ser identificada porque estaba colaborando en la investigación del incendio dijo que el territorio quemado en el límite del barrio seguía mostrando signos de calor a última hora de la tarde, con humo que se elevaba en pequeños puntos. Dijo que el fuego se reavivó junto a su casa cerca de las 2:45 p. m., y llamó al 911.
Cuando las llamas empezaron a propagarse, algunos vecinos se apresuraron a tomar mangueras para apagar el incendio y otros focos nuevos, mientras otros metían a los niños en los vehículos para huir de la zona. Los bomberos se apresuraron a volver al lugar, pero para entonces las llamas ya habían superado la zona de contención, y los vientos empujaban el fuego hacia los densos barrios residenciales de abajo.
“El viento lo impulsó mucho. Había vientos de entre 97 y 128 kilómetros por hora, y no estamos capacitados para eso”, dijo Bobby Lee, presidente de la Asociación de Bomberos de Hawái. “Era un soplete que animaba el fuego de lado y lo empujaba casa por casa más rápido de lo que nadie podía extinguirlo”.
Christopher Dicus, profesor especializado en incendios forestales y gestión de combustibles de la Universidad Politécnica Estatal de California, dijo que un incendio contenido no significa que esté totalmente controlado. Parte del personal suele quedarse para vigilar las secuelas, afirmó, pero a menudo las cuadrillas abandonan el lugar del incendio para ahorrar costos o realizar otras tareas.
Sin embargo, un incendio que parece extinguido puede resurgir de manera inesperada, sobre todo con vientos fuertes. Recordó el incendio de 1991 que consumió miles de edificios y mató a 25 personas en Oakland, California.
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Los bomberos habrían tenido que sopesar el riesgo de que los fuertes vientos reavivaran el incendio de matorrales de la mañana y la necesidad de utilizar recursos en otros lugares. La asociación de bomberos calcula que hay cerca de 65 bomberos de guardia en la isla en un momento dado.
“No tenemos muchos bomberos adicionales que puedan venir de Jersey o Pensilvania”, señaló Green. “Tenemos lo que tenemos. Así que el fuego se declaró de nuevo y se extendió a la ciudad, y la ciudad estaba seca. Así que el resto, por supuesto, es tragedia”.
El gobernador dijo que el fuego reavivado estaba fuera de control antes de que los bomberos pudieran hacerle frente adecuadamente, y empeoró rápidamente.
El infierno avanzaba tan rápido, relató el gobernador, que algunos camiones de bomberos quedaron atrapados en su camino. “Dos camiones enormes fueron consumidos y fundidos de inmediato”, agregó. “Los camiones de bomberos quedaron derretidos”.
Para cuando el fuego empezó a avanzar por la parte central de la ciudad, los bomberos se habían encontrado con un nuevo problema: el sistema de abastecimiento de agua de la ciudad estaba empezando a colapsar, sin dejar agua en los hidrantes. Los bomberos, algunos de los cuales vivían en el pueblo y perdieron sus casas, tenían poco poder para detener las llamas en ese momento.
El fiscal general del estado ha dicho que encargará una investigación externa para indagar las causas del incendio de Lahaina y las labores para combatirlo. Lo más probable es que la investigación también examine la decisión de abandonar el lugar del incendio anterior, una decisión que algunos residentes siguen debatiendo.