Por su parte, el portavoz adjunto de la Casa Blanca, Eric Schultz, dijo que no sabía en qué podía estar basándose Putin cuando acusó el jueves a “cargos públicos y los órganos oficiales” de Estados Unidos de estar detrás de la filtración.
“Yo solo puedo hablar por mi presidente (el estadounidense Barack Obama). Cuando este presidente habla de temas con una alta carga (política), siempre lo hace basándose en hechos”, afirmó Schultz a los periodistas que viajaban con Obama a Chicago, Illinois.
Putin calificó el jueves los Panamá Papers de “producto informativo” elaborado por encargo de Occidente para contrarrestar la creciente independencia política y económica de Rusia, algo que a su juicio quedó demostrado recientemente en Ucrania y Siria.
Toner no quiso hacer comentarios sobre el “contenido” de las filtraciones ni sobre las revelaciones que hace sobre personas del entorno de Putin.
Reconoce
El portavoz reconoció, sin embargo, que una de las organizaciones que colaboraron en la investigación periodística previa a la publicación de los documentos recibe fondos de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo (Usaid) , que depende del Departamento de Estado.
Se trata del Proyecto de Reportajes sobre Crimen Organizado y Corrupción (OCCRP, en inglés) , que colaboró en la investigación coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés) , con sede en Washington.
El OCCRP “ha recibido apoyo de varios donantes, incluido el Gobierno estadounidense, y hace periodismo de investigación principalmente en Europa”, explicó Toner.
“Estados Unidos no financia esto para ir contra ningún Gobierno ni individuo en particular, sino para apoyar la conducción de periodismo de investigación independiente que pueda arrojar luz sobre la corrupción”, defendió, al subrayar que Usaid “no controla” cómo se invierten los fondos que destina a esa organización.
Según Toner, el Gobierno estadounidense está todavía revisando los papeles de Panamá y no ha llegado a ninguna conclusión sobre si “exponen corrupción” o no.
El portavoz indicó, además, que no cree que el Gobierno estadounidense haya determinado aún si considera que los 11.5 millones de documentos del bufete panameño Mossack Fonseca “fueron robados o si hubo actividad criminal” para su obtención.