Sin distancias, pero con mascarilla obligatoria. Esas son las reglas de este concierto del grupo Indochina, que también respetará el toque de queda en vigor en Francia y terminará antes de las 21 horas.
Este experimento, que ya se ha realizado en otros lugares de Europa, ha sido retrasado en varias ocasiones en Francia y se celebra en un momento en que la situación sanitaria mejora y la vacunación está a punto de ser propuesta a todos los adultos.
En este momento en Francia, este tipo de eventos se autorizan, pero siempre que haya una persona cada 4 m2, lo cual obliga a que muchos sean anulados porque financieramente es insostenible.
El concierto de este sábado quiere demostrar que, si los espectadores se someten a un test de diagnóstico y dan negativo, no tienen riesgo de contaminarse.
El público tendrá entre 18 y 50 años y no debe tener ninguna patología que les ponga en riesgo de muerte en caso de resultar infectados, como diabetes u obesidad grave.
Las experiencias precedentes, en España y en el Reino Unido, no mostraron riesgos elevados de infección.
Pero los resultados alentadores del primer concierto-test europeo, realizado en Barcelona en diciembre, son difícilmente extrapolables debido a las estrictas condiciones de prevención que se impusieron, advirtió un estudio publicado el viernes.