Los oxímetros de pulso, a menudo utilizados por los propios enfermos para vigilar un posible empeoramiento del coronavirus, funcionan mediante una luz a través de la piel que permite medir la cantidad de oxígeno en la sangre, precisó el NHS.
Unos datos inexactos pueden retrasar una hospitalización de un paciente, un problema serio teniendo en cuenta el elevado porcentaje de personas negras y de otras minorías entre los enfermos del covid-19, debido al mayor impacto de la pandemia en las clases sociales más bajas.
“Debemos intentar conocer los posibles límites de algunos equipamientos médicos, especialmente en aquellos sectores de la población que presentan un mayor riesgo ante esta enfermedad”, dijo el doctor Habib Naqvi, director del Observatorio de la Raza y la Salud.
“Esto incluye diversas comunidades de afrodescendiente y asiáticos que utilizan los oxímetros de pulso para controlar sus niveles de oxígeno a domicilio”, precisó.
No obstante, la NHS continúa recomendando el uso de los oxímetros, pero aconseja que en lugar de observar la cantidad total de oxígeno, se priorice los cambios significativos, “lo que permite ver si los niveles de oxígenos disminuyen, aunque el oxímetro no sea totalmente preciso”.