López Núñez ayudó al Chapo a realizar su primera fuga de prisión hace 17 años, y según muchos era su sucesor en el Cártel de Sinaloa, considerada como la organización de narcotráfico más grande y violenta del mundo.
El Licenciado fue extraditado a Estados Unidos el 6 de julio pasado, luego de haber sido acusado en diciembre de 2016 de importar ilegalmente al país “cantidades significativas de narcóticos” entre 2003 y 2016.
Tras su captura, en mayo de 2017 en Ciudad de México, el procurador general interino de México, Alberto Elías Beltrán, consideró a López Núñez un potencial “testigo clave” en el juicio contra Guzmán, que se inició este mes en Nueva York.
Según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el Licenciado llegó a ser un gran lugarteniente del Chapo tras ayudarlo a escaparse de la prisión de máxima seguridad de Puente Grande, en el centro de México, en 2001. López Núñez era entonces subdirector de esa cárcel.
El Chapo, que luego de esa fuga permaneció 13 años prófugo, fue detenido de nuevo a principios de 2014, aunque logró escaparse por segunda vez a mediados de 2015. Las autoridades lo recapturaron en enero de 2016 y lo extraditaron un año después a Estados Unidos, donde su juicio comenzó el pasado 13 de noviembre bajo fuertes medidas de seguridad.
El homicidio de Javier Valdez
López Núñez “tenía un papel de liderazgo en el Cartel de Sinaloa”, responsable de ingresar a Estados Unidos toneladas de cocaína proveniente de Centroamérica y Sudamérica, pero también de la producción y envío desde México de varias toneladas de heroína, marihuana y metanfetaminas, según documentos judiciales.
Además de ganar de manera ilícita miles de millones de dólares por estos envíos, “los miembros del cartel, algunos dirigidos por el acusado, llevaron a cabo cientos de asesinatos, agresiones, secuestros y otros actos de violencia”, indicó la petición de sentencia, que justificó la cadena perpetua al considerar “difícil imaginar un delito de drogas más grave”.
López Núñez ha sido relacionado con el asesinato del periodista mexicano Javier Valdez, un destacado experto en narcotráfico baleado en plena calle y a luz del día en Culiacán el 15 de mayo de 2017.
La Procuraduría General (fiscalía) mexicana pidió la semana pasada la pena máxima de 50 años de prisión para uno de los acusados del homicidio. Heriberto N, como fue identificado, fue detenido en abril pasado y en sus primeras declaraciones reconoció que el trabajo periodístico de Valdez sería el móvil del crimen.
Meses antes de er abatido, Valdez había informado sobre la lucha interna por el poder en el cártel de Sinaloa tras la caída del Chapo. La puja se dirimía entre los hijos del capo, Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar, y el segundo al mando de la organización, López Núñez.
Váldez había publicado en febrero de 2017 una entrevista con López Núñez, en la que éste se desvinculaba de intentos de asesinato de los hijos del Chapo.
Tras la captura del Licenciado, Valdez había sacado además un artículo señalando el nulo poder que tendría su hijo Dámaso López Serrano, alias el Mini Lic, descrito como un joven al que le gustaban las fiestas y las drogas pero sin capacidad para dirigir el cartel.
Según testigos protegidos citados por la investigación oficial en México del homicidio de Valdez, el periodista fue ultimado en medio de esa pugna, y el pago que presuntamente recibieron sus verdugos fue una pistola que por un costado tenía el rostro del Licenciado.
El asesinato de Valdez, quien tenía 50 años, causó profunda conmoción en México, donde más de un centenar de periodistas han sido asesinados desde 2000 en crímenes que en su inmensa mayoría siguen impunes.