El método usado se denomina “micro-targeting” o “micro-marketing”, y en realidad data de los años '70, mucho antes de internet: permite identificar a través de las informaciones personales “un tema que les motive” y “empuje (a los electores) a las urnas”, explica.
No se trata tanto de hacer que el elector cambie de opinión, sino de incitarlo a ir a votar, ya que la movilización de cada bando es muchas veces determinante.
La campaña Trump también recurrió al micro-targeting en el 2016, sobre todo gracias a los datos recabados por Cambridge Analytica.
Farrar-Myers recuerda que al acercarse la elección presidencial estadounidense, la campaña Trump multiplicó los actos políticos en ciudades al parecer marginales, identificadas como potencialmente conquistables gracias las redes sociales. Y al final muchas se inclinaron hacia el bando republicano.
Según documentos publicados por la Comisión Federal Electoral (FEC), el nuevo consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, designado el jueves, también recurrió a Cambridge Analytica en el marco de su fondo de apoyo a varios candidatos republicanos en el Congreso.
“No robamos datos”
Antiguos empleados de la campaña Obama rechazaron tajantemente cualquier comparación con el escándalo de Cambridge Analytica, en el cual un investigador académico es acusado de alzarse con un tesoro de datos sin consentimiento, utilizando un cuestionario de Facebook sobre la personalidad de los usuarios y transfiriéndolo a la empresa de manera inapropiada.
“¡Cómo se atreven!”; “No robamos datos de las páginas privadas de Facebook a los electores bajo falsos pretextos”, contrariamente a lo que hizo Cambridge Analytica, afirmó vía Twitter Michael Simon, responsable de análisis de datos de la campaña Obama 2008.
En un editorial publicado por el sitio web Medium, Rayid Ghani, referente científico para la campaña Obama 2012, dijo haber pedido a los simpatizantes del candidato su autorización antes de utilizar los datos de su perfil de Facebook.
Sus equipos luego sugirieron a estos simpatizantes que pidieran a algunos de sus “amigos” identificados por la campaña que fueran a votar el día de la elección.
Los “amigos”, no obstante, no fueron alertados de esta estrategia, y sus datos fueron utilizados sin autorización.
En un artículo publicado en 2013 por la New York Times Magazine, un integrante del equipo de Ghani en 2012 explicó que el uso de Facebook había permitido reforzar la lista de electores a contactar, y que eso significó al final 15 millones más de votantes.
Aunque los métodos de Cambridge Analytica para obtener información están en disputa, en los hechos ni las dos campañas de Obama, ni la campaña de Trump infringieron la ley sobre la protección de datos de carácter privado, o incluso las reglas internas de Facebook, que fueron actualizadas en el 2015.
“Para mí no es un tema de vida privada, en la medida en que una persona que va a las redes sociales escoge compartir sus informaciones personales”, estima la profesora Farrar-Myers, simpatizante demócrata.
Chirag Shah va incluso más lejos: “Cuando publicas algo en Facebook, una foto, un mensaje, eso pertenece a Facebook. (…) Mientras eso no cambie, vamos a seguir traspasando los límites de la vida privada”.
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