“Para mí este día va a ser muy duro porque vamos a sepultar (33) cuerpos de las víctimas de la avalancha”, comentó Londoño en entrevista con The Associated Press.
Fue el padre de la parroquia de Salgar quien le dio el trabajo por el que gana 592 mil pesos (poco más de 236 dólares al mes).
Según dijo, “hay que estar en pie de lucha para ayudar a sepultar a nuestros compatriotas y me han estado apoyando sepultureros de otras poblaciones.” Explicó que el cementerio cuenta con 101 bóvedas disponibles pero que no están habilitadas porque en diferentes secciones hay mucha humedad. Informó que el camposanto tiene capacidad para unas 500 sepulturas.
En tanto, monseñor Noel Antonio Londoño, obispo del municipio de Jericó, cercano a Salgar, dijo por teléfono a AP que el sepelio colectivo será a las 15.00 (20.00 GMT) y que él encabezará la ceremonia religiosa.
-Ayuda para afectados-
A través de su secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, el papa Francisco se solidarizó con Colombia y con las víctimas de Salgar y ofreció “sufragios al Señor por el eterno descanso de los fallecidos.”
En el mensaje enviado al obispo Londoño, el papa también pidió caridad para las personas que perdieron sus hogares o sus bienes personales.
Salgar pertenece al departamento de Antioquia y está ubicado a 265 kilómetros al noroeste de Bogotá. En las primeras horas del lunes, la quebrada La Liboriana se desbordó y se llevó consigo a familias enteras.
Miguel Tavera, gerente de servicios de la Funeraria La Esperanza de Medellín, indicó por teléfono que serán enviados 33 cadáveres para el sepelio en Salgar.
El campesino Álvaro Hernández, quien perdió a 16 de sus familiares, será otro de los asistentes al sepelio. Entre los pocos que se salvaron de su familia está su nieto de 11 meses, Jhosep Díaz, quien fue encontrado en medio del lodo un par de horas después del alud.
“Ya me encuentro en Salgar… Dejé a mi nieto Jhosep en la clínica y… estoy contento porque los médicos me dijeron que está sanando de a poquito. Espero que dentro de cuatro o cinco días me le entreguen”, dijo Hernández, de 59 años, en diálogo con AP.
A Jhosep, observó, “Dios le dio una segunda oportunidad y va a ser un verraco y hay que protegerlo porque desafortunadamente perdió a su mamá (en la avalancha) y hace un año había perdido a su padre” en un homicidio.
De los 33 muertos que serán enterrados el jueves siete son familiares de Hernández, entre ellos la madre de Jhosep.
No está claro aún cuántas personas permanecen desaparecidas, pero las autoridades han dicho que las posibilidades de hallarlas con vida son mínimas.
La de Salgar es tal vez la mayor tragedia en Colombia desde el terremoto que en 1999 sacudió a la ciudad de Armenia y dejó más de 1 mil muertos.
El presidente Juan Manuel Santos ha prometido reconstruir las viviendas perdidas y proporcionar refugio y asistencia a los afectados.
La accidentada orografía de Colombia, ubicado en una zona con actividad sísmica en el extremo norte de los Andes, combinada con la mala calidad de las construcciones hace del país uno de los más propensos a los desastres en Latinoamérica.
Más de 150 catástrofes lo han sacudido en los últimos 40 años, las cuales han cobrado más de 32 mil vidas y afectado a más de 12 millones de personas, según el Banco Interamericano de Desarrollo.