La alerta conlleva restricciones para la circulación de algunos vehículos en la ciudad y sus alrededores durante el viernes y limita algunas actividades contaminantes de instituciones, empresas o industrias.
La Comisión Ambiental de la Megalópolis indicó en un comunicado que la estabilidad atmosférica, el viento débil en superficie y la radiación solar continua que se presentó el jueves generada por un sistema de alta presión fue lo que dificultó la dispersión de las partículas contaminantes.
La tarde del jueves la calidad del aire era “muy mala” en una zona del sur de la ciudad donde se alcanzaron los 158 puntos de ozono.
En la gran mayoría de la megalópolis los niveles eran regulares o malos y solo tres estaciones registraban buenas condiciones atmosféricas.
Esta es la décima ocasión en la que se activa la alerta ambiental en el 2016 y la segunda desde que comenzó la temporada de lluvias que, generalmente, limpian el ambiente.
En marzo, cuando se registraron niveles de ozono de 203 puntos, se activaron las alarmas por primera vez desde el 2005 lo que supuso la constatación de que no habían sido tan efectivas como se esperaban todas las medidas puestas en marcha desde la década de 1990.
No obstante, las autoridades aseguran que la contaminación hoy es mucho menor que la de hace dos décadas, cuando se registró el nivel máximo de contaminantes del que se tiene registro, 398 puntos en marzo de 1992.
En las últimas décadas se había intentado controlar la contaminación en la capital con el traslado de fábricas a zonas de fuera de la ciudad, la prohibición de la gasolina más contaminante o la imposición de medidas más estrictas de control de las emisiones en los automóviles.
Sin embargo, el año pasado la Corte Suprema anuló una ley que prohibía la circulación de coches de más de ocho años al menos seis días al mes, una decisión que, según las autoridades, conllevó que cada día circularan por la ciudad 1.4 millones de vehículos más, la mayoría muy contaminantes.