En Birmania, las lluvias provocaron en los últimos días una rápida crecida de las aguas y varios deslizamientos de tierra, destruyendo miles de casas, cultivos, puentes y carreteras.
Naciones Unidas mostró su preocupación por la situación en este país, que vive la situación más crítica pese al menor balance de víctimas mortales, 46 hasta el momento.
Viento que sopla en el sureste de Asia. En invierno sopla de la tierra al mar y es seco y frío,mientras que en verano sopla desde el océano a la tierra,es cálido y húmedo y trae abundantes lluvias. (WordReference).
A pocos centenares de kilómetros al oeste, en la ciudad de Sagaing, Aye Su Myat explicaba que las autoridades no habían dado la voz de alerta.
“Pensamos que se trataba de las lluvias habituales”. “En varias horas, toda mi casa estaba bajo el agua. Mi marido tuvo que subir al tejado, ya que no podíamos salir de ninguna forma”, explica Aye Su Myat, residente en Sagaing, en el centro del país. La pareja encontró refugio en un monasterio, que les sirve de albergue temporal.
El acceso a numerosas ciudades del norte y del oeste de Birmania estaba bloqueado y los trabajadores humanitarios creen que la magnitud de la catástrofe podría estar subestimada.
Naciones Unidas advirtió el sábado que la magnitud de la catástrofe se conocería dentro de varios días, debido al mal estado de las infraestructuras en este país pobre.
El presidente de Birmania, Thein Sein, prometió que el gobierno haría “todo lo posible” para enviar ayuda a las zonas aisladas.