El profesor Andrew Pollard, director del Oxford Vaccine Group, consideró que es “altamente improbable” que esta nueva variante se propague con fuerza entra la población ya vacunada, “como ya se vio el año pasado” con la variante delta.
Pero si fuera el caso, “sería posible actuar muy rápido”, explicó en la BBC, porque “los procesos de desarrollo de una nueva vacuna cada vez están mejor engrasados”.
Aunque también piensa que las actuales vacunas deberían servir contra la nueva cepa, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera “preocupante”, pero ello solo podrá confirmarse en las próximas semanas.
Por el momento, no se había detectado ningún caso con la variante ómicron en el Reino Unido, uno de los países de Europa más golpeados por la pandemia, con más de 144 mil 500 fallecidos.
El gobierno, sin embargo, anunció el jueves importantes restricciones para los pasajeros procedentes de seis países africanos, entre ellos Sudáfrica, donde se detectó esta mutación por primera vez.
En Europa, de momento, se han identificado dos casos relacionados con la variante ómicron, en Bélgica y Alemania. Sin embargo, las autoridades de los Países Bajos están investigando a 61 personas procedentes de Sudáfrica que dieron positivo por coronavirus, sin que se haya confirmado todavía si portan la nueva cepa.
Ómicron también fue detectada en Malawi, Israel, Botsuana y Hong Kong.
En un comunicado, AstraZeneca declaró haber “desarrollado, en estrecha colaboración con la Universidad de Oxford, una plataforma que nos permite responder rápidamente a la vacunación de las nuevas variantes que puedan aparecer”.
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Esta sociedad farmacéutica británica anunció que “está llevando a cabo investigaciones en los sitios donde se identificó la variante”.
Los fabricantes de otras vacunas como Pfizer/BioNTech, Moderna y Novavax mostraron también su confianza en su capacidad para combatir la nueva cepa.