En Sajonia-Anhalt (este) , un hombre quedó sepultado tras desprenderse un muro de cemento en su jardín.
Otras dos personas perdieron la vida en Baden-W rttemberg (sur) tras sufrir un accidente a causa de la nieve, mientras un tercer hombre perdía la vida en la autopista sorprendido por el fuerte granizo.
Además, varias personas resultaron heridas de gravedad, entre ellas dos trabajadores en Renania del Norte-Westfalia al caerse de un andamio desde 20 metros de altura mientras realizaban trabajos de soldadura.
Una niña de nueve años, que paseaba con su hermana y su madre, resultó gravemente herida en Turingia (este) cuando un árbol les cayó encima.
Aunque el temporal ya ha amainado, muchos usuarios de los ferrocarriles alemanes se encontrarán todavía hoy con retrasos.
Decenas de miles de pasajeros se vieron afectados por la suspensión del tráfico ferroviario en las líneas de cercanías de varias regiones, principalmente en los estados federados de Baja Sajonia, Renania del Norte-Westfalia, Mecklemburgo-Antepomerania, Brandeburgo y Berlín, así como en algunos trayectos regionales.
“Los daños, sobre todo en las catenarias, son tan amplios y considerables, que puede llevar todavía muchos días hasta que todas las líneas vuelvan a funcionar con normalidad” , comunicó la empresa de ferrocarriles Deutsche Bahn.
En el estado federado de Baviera, los ferrocarriles se vieron obligados a suspender la circulación de trenes de largo recorrido.
El aeropuerto de Fráncfort tuvo que cancelar ayer más de 180 despegues y aterrizajes y todavía este miércoles habrá que contar con problemas, señaló un portavoz del principal nudo aéreo en Alemania.
También en Hamburgo 63 vuelos se vieron afectados por el temporal.
El ciclón Niklas, con vientos máximos sostenidos de 140 kilómetros por hora en terreno llano y de 192 kilómetros por hora en la cumbre de la Zugspitze, la montaña más alta de Alemania, es una de las tormentas más fuertes de los últimos años, señalaba ayer Lars Kirchh bel, del Servicio Alemán de Meteorología.
La fuerza de Niklas no es comparable, no obstante, a la de los ciclones Wiebke y Vivian, que causaron devastadores daños a principios de la década de los años 90 del siglo pasado, ni al de Christian, con ráfagas registradas el 28 de octubre del 2013 de hasta 172 kilómetros por hora en la costa, agregó.