¿Una técnica de negociación?
Con estas declaraciones, Trump rompe con la línea de conducta seguida por los presidentes estadounidenses desde el establecimiento de relaciones diplomáticas con Pekín en 1979, consistente en no mantener relaciones oficiales con la isla, lo cual nunca ha impedido a Washington venderle armas.
Si Estados Unidos rompe ese compromiso, “no habrá más crecimiento sano y regular de las relaciones sinoestadounidenses ni de la cooperación bilateral en ámbitos importantes” , advirtió el portavoz del ministerio chino de Exteriores.
Como haciéndose eco, la prensa china amenazaba al futuro anfitrión de la Casa Blanca. Si el próximo presidente apoya abiertamente la independencia de Taiwán y aumenta la venta de armas a la isla, Pekín podría empezar a “vender secretamente armas” a “fuerzas hostiles a Estados Unidos” , advertía el diario nacionalista Global Times.
Mientras, otras voces siguen abogando por la prudencia, como Wu Xinbo, especialista en relaciones sinoestadounidenses en la universidad de Fudan en Shanghái, que ve en las declaraciones de Donald Trump una “técnica de negociación” .
“Él sabe que la cuestión de Taiwán es extremadamente delicada” para China, recuerda el experto. Por eso “juega esa carta, esperando obtener concesiones de China en las cuestiones comerciales que le preocupan” .
A su juicio, Pekín no debería alarmarse ni reaccionar con demasiada virulencia. “Hay que esperar a que tome posesión del cargo (el 20 de enero) y ver qué hace concretamente” , señala el especialista.
Aun así, la cuestión taiwanesa no es la única que enfrenta al nuevo presidente estadounidense con el gigante asiático. El domingo, Trump se despachó contra Pekín, acusándola de devaluar su moneda para favorecer sus exportaciones, de construir una “enorme fortaleza” en el mar de China meridional e incluso de no hacer lo suficiente para frenar las ambiciones nucleares de Corea del Norte.