La medida, la más extrema de la legislación chilena, paraliza la circulación del 40% del parque automotor de Santiago y de unas 924 fábricas contaminantes, además de la recomendación para la suspensión de clases de educación física en colegios y la habilitación de vías exclusivas para el transporte público.
Pero, por precaución, varias escuelas privadas de Santiago suspendieron completamente sus clases este lunes, un día en que una densa y gris capa de smog cubría un sol casi primaveral en la capital chilena, de 6,7 millones de habitantes.
Sin lluvias a la vista, temperaturas más altas de lo habitual y una escasa ventilación, las autoridades no prevén una mejora de los indicadores ambientales por lo menos en los próximos tres días.
La “emergencia ambiental” rige hasta las 21H00 (00H00 GMT del martes), cuando las autoridades decidirán si extienden la medida excepcional para el martes o rebajan el nivel de alerta.
En el primer día de “emergencia ambiental” en 16 años, la mayoría de los habitantes de Santiago debió ajustar sus planes de transporte, además de soportar algo de picazón en ojos y una constante sensación de falta de aire al caminar, por el menor oxígeno.
Padres con automóviles restringidos debieron tomar taxis, caminar o coordinarse con otros para dejar a sus hijos en el colegio o llegar hasta sus trabajos. Ya en las calles, los automovilistas que no estaban restringidos se encontraron con calles mucho más despejadas de lo habitual, demorando muchísimo menos que en un día normal.
En contraposición, el transporte público debió soportar una mayor presencia de pasajeros, tanto en autobuses como en el ferrocarril metropolitano, donde las autoridades debieron tomar medidas adicionales para contener la gran cantidad de pasajeros que llegó a las distintas estaciones en el horario punta de la mañana.
Copa América bajo emergencia ambiental
La “emergencia ambiental” encuentra a Chile a días del arranque de los cuartos del final de la Copa América, con el duelo el miércoles entre Chile y Uruguay en el estadio Nacional de Santiago.
Ya se han disputado varios encuentros de selecciones bajo estado de “pre emergencia ambiental”, un nivel menor de alerta en el que se restringe la circulación del 20% de los vehículos de la capital chilena.
Por disposiciones de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y pese a que la polución atenta contra el rendimiento de los deportistas, ningún partido de la Copa América puede suspenderse por este motivo.
Este lunes y martes se vivían dos días de descanso del torneo -sin duelos previstos-, pero en la capital chilena se encontraban concentradas las selecciones de Chile, Brasil y Colombia.
Chile, el anfitrión, entrenó este lunes sin mayores complicaciones en el complejo deportivo Juan Pinto Durán, con miras a su trascendental duelo del miércoles ante la Celeste en su objetivo de ganar por primera vez una Copa América.
En este escenario, la ministra de Salud, Carmen Castillo, hizo un llamado a los padres a “cuidar a nuestros niños, niñas y adultos mayores” y evitar salir de casa si no es estrictamente necesario.
Mientras, en los distintos centros de urgencia de Santiago se había registrado un leve aumento de consultas por enfermedades respiratorias habituales en esta época del año.
“Los servicios de urgencia han registrado un leve aumento por cuadros respiratorios” , dijo la ministra Castillo, explicando que la contaminación aumenta las enfermedades respiratorias al irrita las vías respiratorias y hacerlas más susceptibles a los agentes patógenos.